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¿Y si algo sale mal?
José Pablo Coello | 21-04-2020
en CANCHA
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El próximo jueves se pondrá en marcha la edición 2020 del Draft de la NFL.

Sigo pensando que Roger Goodell y los dueños debieron más sensibles a la situación que está atravesando el mundo y que llevar a cabo este evento ahora, es una imprudencia, e incluso, un riesgo para el equilibrio competitivo.

Sin embargo, la Liga profesional más poderosa de los Estados Unidos ha preferido no modificar sus planes, y para evitar más críticas, ha determinado que el reclutamiento colegial se realice de forma remota, sin que los equipos puedan reunir a sus entrenadores y gerentes generales. Además, se ha anunciado que durante la transmisión de televisión se reconocerá la labor de los trabajadores de la salud, y que esta servirá también como un mecanismo de recaudación para ayudar a dicha causa.

Es evidente que aunque los 32 equipos trabajarán en igualdad de circunstancias durante el Draft, el grado de dificultad para los "tomadores de decisiones" en cada una de las organizaciones que integran la NFL, será el más alto de la historia.

De entrada, el proceso de análisis y recolección de información quedó inconcluso ante la declaratoria de emergencia y el cierre de las instalaciones. Muchos jugadores, o no fueron invitados o no asistieron al scouting combine, mientras que algunos de los que si estuvieron presentes en Indianapolis, no fueron evaluados adecuadamente a la espera de recuperarse de alguna lesión.

El estado físico de algunos de los prospectos más destacados es justamente una de las mayores incógnitas de cara al evento del jueves, ya que debido al aislamiento, las evaluaciones médicas que habrían tenido que realizarse en condiciones normales, no pudieron llevarse a cabo.

Por otra parte, la comunicación entre los dueños, entrenadores en jefe, coordinadores, gerentes generales y buscadores de talento, sera un reto formidable una vez que el reclutamiento colegial se ponga en marcha. Todos estarán trabajando desde sus hogares, y por más que hayan construido decenas de escenarios previos para hacer el proceso menos complicado, tendrán que adaptarse a una situación única en la que nunca antes han operado.

Es probable que decisiones que comúnmente se toman de forma colegiada entre 3 o 4 personas que coinciden en un cuarto de guerra, ahora vayan a tener que tomarse de manera más ágil y sin poder escuchar a todas las voces que regularmente habrían estado involucradas. Finalmente, no puede descartarse algún problema de conectividad o incluso, algún intento de sabotaje que comprometa el proceso en un momento determinado.

Es así que la NFL, en su afán por no ajustar su calendario y por darle a sus fanáticos 3 días de distracción en plena crisis sanitaria, podría estar comprometiendo la seriedad y la integridad de un proceso que ha sido, junto con la agencia libre y el tope salarial, fundamental para convertirla en la organización deportiva más exitosa y competitiva del mundo.

 
Twitter: @JosePabloCoello
 
 
 
 
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