A partir del Covid-19 todo cambio. La ATP y la WTA buscan a marchas forzadas la nueva realidad del tenis profesional.

¿Cuál es el mejor escenario para que el tenis regrese? Se dice que los torneos reducirán el 40 por ciento de la bolsa si no hay público y el 30 por ciento con público y al parecer los jugadores están de acuerdo.

En general, los partidos son largos y se busca una mejor manera de acortarlos.

La edad promedio de un aficionado al tenis es de 65 años. ¿Estarán dispuestos los aficionados a implementar estos cambios siendo la mayoría tradicionalistas?

El mejor cambio que se ha visto en los últimos años es el "super tiebreak". Se implementó exitosamente en los dobles, para acortar los partidos en el tercer set y se juega al que gane los primero 10 puntos en el set definitivo. En promedio, un partido de dobles dura una hora con el nuevo formato.

El mayor reto que enfrentan los organizadores de torneos es enfrentar esta realidad donde viajar por el mundo semana tras semana ya no es posible. Los Grand Slams deberán tener varios torneos previos para que los jugadores puedan estar contenidos en un solo continente por varias semanas.

En Europa y Estados Unidos se realizan exhibiciones donde los profesionales experimentan diferentes formatos, formas de contar, para que al final sea más entretenido para los telespectadores.

Matteo Berretini, ranqueado numero 24, acaba de jugar un partido de exhibición en Austria y al día siguiente jugó otro partido en el sur de Francia, derrotando a Stefano Tsitsipas, número 6 del mundo. Los tenistas siguen jugando con la idea de tener algo de "match play".

El tiempo pasa y la decisión para que se realicen el US Open y Roland Garros está cerca, y hasta el momento no hay certidumbre ni confianza de que puedan tener éxito. Hay quienes piensan que el mundo tendrá que adaptarse e intentar vivir en armonía con esta nueva enfermedad. Hasta el momento la tendencia es arriesgar. ¿Por qué estamos tan apresurados si todo está en contra? Nuestra tendencia como seres humanos es aferrarnos a lo cotidiano, a nuestras costumbres y tradiciones.

Siempre hemos salido adelante contra guerras, huracanes y pandemias, y no creo que este momento histórico vaya a ser la excepción.

 
 
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