Una cancha, un balón, 2 porterías y 11 futbolistas vs. 11 futbolistas, pero al final, este es sólo un "juego de intereses"...
Para la Selección Mexicana de futbol resultó más emocionante -y también dramático-, sin duda, la lista de los futbolistas que viajarían a Europa para afrontar los partidos ante Holanda y Argelia que el insulso triunfo de 3-0 frente a Guatemala ante un Estadio Azteca vacío y obscuro. Hemos sido testigos de algo que no suele ocurrir -o que jamás ha ocurrido en forma- en el futbol de México: que los clubes se revelen ante la Selección Nacional.
"Tenemos a los jugadores que queríamos tener". Aunque Gerardo Martino trató, desesperadamente, de apaciguar la tormenta el miércoles asegurando que todo había sido muy claro y que existió una negociación positiva entre las Selecciones Nacionales y los clubes, prevalece una sensación diferente. Que hubo quejas, reproches y hasta una amenaza.
En una época compleja, delicada en temas económicos, los clubes defienden sus intereses y la Selección intenta reactivar los suyos. Cada quien "llevó agua para su molino". La pregunta es: ¿Quién "llevó agua al molino" más importante de todos: el del propio futbol mexicano?
Entiendo que los tiempos nos son favorables para la actividad de la Selección y tampoco convenientes para viajes demasiados largos. Seguimos afrontando una pandemia. Irónicamente, sin esta emergencia sanitaria mundial, el futbol mexicano no habría podido conseguir 2 juegos en Europa ante rivales de mucho respeto en el mundo del futbol.
Un choque ante la histórica -para mi potencia mundial- la Selección de los Países Bajos en la propia Arena Johan Cruyff, y un encuentro en La Haya frente a la competitiva Selección africana de Argelia. Dos encuentros que le permiten a México "huir", "escaparse", romper con "los grilletes" que le atan a la mediocridad de su área y buscar un nivel de juego que realmente exponga sus virtudes y desnude sus defectos.
A eso va el futbol de México, en plena crisis mundial por el Covid-19, a territorio europeo. Y eso fue, lo que directa e indirectamente, los clubes, algunos de ellos, los entrenadores, sobre todo uno de ellos, han intentado boicotear. Si fuese una fecha para enfrentar rivales de dudosa calidad o enfrentamientos sólo para sacar dinero de la televisión -como ante Guatemala- los clubes tendrían toda la razón, pero se trata de una ocasión maravillosa que México no puede darse el lujo de rechazar. Está buscando desesperadamente fogueo y competitividad y es una pena que muchos en este futbol no lo entiendan.
Miguel Herrera, DT del América, fue el primero en abrir fuego cuando acuso a la Selección y a Martino y a su cuerpo técnico de sobrecargar el trabajo en los entrenamientos de la semana pasada en el CAR.
Responsabilizó a la Selección de la lesión muscular que sufrió su portero, Guillermo Ochoa, a sólo minutos de enfrentar el Clásico ante Cruz Azul y dijo que analizaría con su directiva si era necesario prestar jugadores a la Selección para esos procesos de "microciclos".
¿Quién lo iba a pensar? ¿El DT del América condicionando la cesión de futbolistas a la Selección Mexicana? ¿Sabrá Miguel Herrera o entenderá Miguel Herrera que su sueldo sale, prácticamente, del mismo bolsillo de quien controla a la Selección Mexicana? ¿No son el América y la Selección hermanos del mismo padre y la misma madre?
Independientemente de ello, creo que no le asiste la razón. El América ha padecido "n" números de bajas en el año por lesiones de diferentes jugadores. La Selección tuvo apenas la semana pasada su primera actividad del año.
Percibo un arranque de desesperación en Herrera porque el América no encuentra su mejor nivel futbolístico y está en medio de la parte más delicada del campeonato. La Selección fue, finalmente, el pretexto más cercano y óptimo para descargar su ira.
Los clubes y la Selección deben encontrar la manera de trabajar juntos y de aprovecharse el uno para el otro. La oportunidad de jugar en Europa no se da todos los días para nuestro futbol. Hay que aprovechar esa ocasión. Hemos sido testigos de otro episodio en la historia de nuestro futbol donde cada uno de los actores defiende sus propios intereses. El asunto es: ¿Quién defiende los intereses comunes del futbol mexicano?
Mañana: Roberto Gómez Junco y Rubén Romero Twitter: @Faitelson_ESPN |