El ingrato Barcelona La salida del tercer máximo goleador del Barcelona, Luis Suárez, quien lloró en su despedida, es ingratitud pura.
El culpable ¿Ronald Koeman? puede ser, pero no de fondo, el club mostró el cobre, no se corre así a un histórico que se entregó siempre.
Qué horrible, espantosa, vulgar y grosera es la ingratitud en todos los campos de la vida.
Guillermo Oliveros Naucalpan, Estado de México Ésta es la cancha de los lectores.
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