Fueron 13 jornadas a la espera del Clásico Regio número 104 y les puedo asegurar que valió la pena cada minuto.
Bueno, no debo exagerar, los primeros 30 minutos nos dejaron mucha lucha, sangre, sudor y un atropellado futbol, que sólo dejaba espacio para el nerviosismo y el temor de ambos en buscar el arco rival.
Pero los goles, la claridad, el talento y el buen futbol no podrían quedarse fuera de una gran fiesta como la que se vivió en el Estadio Universitario e hicieron su aparición gracias al equipo que mejor venía jugando en el torneo.
Tigres volvió a dar 45 minutos de un concierto futbolístico que tuvo como maestro de la orquesta a Damián Álvarez.
El "Enano", así le dicen de cariño, no sólo aportó su experiencia, también mantuvo ocupados a todos los jugadores del lado derecho de la defensa rayada con un despliegue físico impresionante, que todavía le sobraba para ayudar a su defensiva.
Damián fue, sin duda alguna, el mejor jugador del Clásico.
Como equipo, Tigres dejó en claro que es mucho más que Rayados, muy bien plantado en su zona baja, que siempre estuvo bien protegida por medio campo y un ataque que conoce perfectamente su capacidad.
Contrario a los Rayados, el ataque felino tiene un orden para llegar a su objetivo y sus individualidades aportan su capacidad y talento para que este proyecto ofensivo sea exitoso.
En el Monterrey, su idea ofensiva se basa en la inspiración momentánea de sus individualidades y, en este Clásico, la defensiva de Tigres no les dio espacios ni para respirar a los albiazules y simplemente no existieron.
El resultado final, además de muy justo, es muy sencillo de explicar: Rafa Sobis, quien sigue en plan goleador, fue más que Cardona, quien pasó inédito en su primer Clásico.
Lugo aportó a su equipo un buen gol, movilidad y algunas pinceladas de talento.
Guerrón, siendo menos que en otros partidos, fue más que cualquier atacante rayado.
Damián Álvarez fue el mejor del partido y lo poco que hizo Monterrey en la ofensiva, Hugo Ayala lo resolvió perfectamente.
Y si vemos el lado de la entrega, casi todos los balones divididos los ganaban los Tigres.
Así que no hay motivos para que los Rayados y su gente no acepten y no reconozcan esta derrota como una muestra de superioridad colectiva e individual que hoy tienen los Tigres sobre el Monterrey.
El futbol jugado en la cancha, así como los números en la tabla, en este caso no mienten: Tigres es mejor.
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