Son tiempos difíciles en todo el mundo. Crisis sanitaria, económica, psicológica y la que más nos pega a algunos, la crisis deportiva.
Todo comenzó con la suspensión de la NBA luego de confirmar positivo de un jugador. Ahí comenzó la tragedia, fueron cayendo uno a uno los deportes, la F1 suspendía los GP más importantes, maratones, torneos de tenis, hasta la lucha libre, el box y la recién ascendida WFC. La debacle continuó con la postergación de los Juegos Olímpicos.
El futbol entraba en su segundo periodo, las Ligas tomaban rumbo, en Inglaterra el Liverpool en la punta, Raúl Jiménez en apogeo con el Wolverhampton. En España el Barcelona se separaba del Real Madrid, La Champions iniciaba la fase mas emotiva.
En México, el Cruz Azul vs. América fue el último partido con público. La Libertadores y las Ligas argentina, colombiana y brasileña también suspendían.
Los aficionados parecen los más afectados, nadie grita gol, no hay quien reclame la decisión del polémico VAR, no hay canastas de último minuto, ni home runs.
Sin embargo los más afectados son los propios equipos, jugadores, cuerpo técnicos, mecánicos, utileros y hasta gente de limpieza, todos los miembros de estas grandes empresas quienes sufren al no obtener recursos para apoyar a su personal.
Twitter: @FRANKGONZALEZ22 |