El Monterrey, con su futbol cargado de dudas y con resultados que superan la realidad de su funcionamiento, se enfrentará mañana al Atlas.
Al voltear hacia arriba, en la tabla general, los Rayados ven muy cerca el octavo lugar; sólo dos puntos los separan, pero también están a sólo dos puntos del penúltimo lugar.
Tan cerca que se ven de la zona de clasificación y tan lejos que podrían estar al término de esta jornada.
Esa incómoda e inaceptable posición, de un equipo armado para ocupar los primeros sitios de la tabla general, sólo desaparecerá sumando puntos como visitante, no hay de otra.
Como local, las cosas no han salido mal en cuanto a resultados, pero restando solamente 4 partidos o 12 puntos por disputar en el Estadio Tec, en el hipotético caso de ganarlos todos, llegaría a 22 y, de seguir con su sequía de resultados como visitante, no le alcanzaría para clasificar.
Apegándonos a la lógica, al enfrentarse el peor local y el peor visitante, un empate sería el pronóstico ideal, pero en nuestra Liga eso no funciona.
Para mí, pese a que ha sufrido como local, Atlas tiene un mejor funcionamiento colectivo que Rayados, y por eso mi pronóstico es que ganan los rojinegros.
Para que yo me equivoque, el Monterrey no puede especular. El Chelsea de Mourinho lo hizo contra 10 jugadores del PSG, y fue eliminado de la Champions.
Los Rayados deben salir a proponer el juego, como lo hicieron en los primeros 15 minutos del partido frente al Toluca, o de lo contrario, otra vez, verán el octavo lugar más lejos al término de la jornada 10.
MIS RESPETOS En realidad, el rival felino traía muy pocos argumentos futbolísticos, pero mi duda era si Tigres lograría superar su mayor reto: los 3,735 metros de altura de la ciudad boliviana de Oruro, considerada una de las más altas del mundo, y lo hizo muy bien.
He tenido la oportunidad de jugar en lugares ubicados a miles de metros sobre el nivel del mar y sé bien lo que se siente; he vivido en carne propia lo difícil que es querer ser competitivo teniendo esa gigantesca desventaja.
Afortunadamente la enorme diferencia, en cuestiones de calidad entre el equipo regio y el boliviano, equilibró la balanza y Tigres logró superar otra difícil prueba en la Copa Libertadores.
En verdad no se puede exigir más. Siempre será plausible y muy meritorio ganar como visitante en este torneo tan exigente y más cuando, en este caso, tu mayor rival resulta ser tú mismo.
Ahora a cambiar el chip, ya que el Pachuca, un visitante de mucho respeto, será un hueso duro de roer.
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