Hasta el momento, la NFL ha sido la única liga profesional del mundo que no ha sido afectada por la pandemia del Covid-19. Cuando el Super Bowl se jugó a principios de febrero, el coronavirus era un tema al que pocos le ponían atención. A partir de ese momento, y a pesar de lo mucho que las cosas han cambiado desde mediados de marzo, la liga ha sido capaz de mantener su operación sin modificaciones radicales. La agencia libre se puso en marcha en tiempo y forma, el draft se llevó a cabo en un formato distinto pero en las fechas originalmente programadas, mientras que el calendario se dio a conocer unos días después con el formato habitual. Y aunque los 32 equipos y sus entrenadores han tenido que adaptarse para trabajar desde casa sin poder tener contacto directo con sus jugadores durante las últimas semanas, lo cierto es que todos veían este como un periodo de transición, con la certeza de que los campos de entrenamiento se pondrían en marcha a finales de julio.
Cuando faltan menos de 100 días para la fecha en la que la temporada regular debiera ponerse en marcha con el juego entre Kansas City y Houston, creo que hay elementos suficientes como para afirmar que pronto, la NFL tendrá que empezar a implementar un Plan B. El sábado pasado, el Dr. Thomas Mayer, director médico de la Asociación de Jugadores, emitió una recomendación para que se terminaran las sesiones de entrenamiento privadas, una práctica común en casi todos los equipos de la liga. El aumento en los casos positivos de Covid-19 entre jugadores y empleados de diversos equipos, así como el incremento de casos en muchos estados que reabrieron la actividad, orillaron a Mayer a pedirle a sus representados que extremaran precauciones para mantenerse sanos.
Hay quienes señalan la vuelta a las canchas de las principales Ligas de futbol en Europa como una muestra de que la NFL podrá poner en marcha la campaña en tiempo y forma. Sin embargo, la situación en Europa es radicalmente distinta a la de Estados Unidos. Mientras en toda la Unión Europea se reportan menos de 5 mil casos diarios y la curva ha tenido un descenso notable en los últimos dos meses, la cifra de nuevos contagios en la Unión Americana supera los 25 mil diarios, y la trayectoria de la curva ha vuelto a incrementarse tras la reapertura.
En pocas palabras, y máxime en un deporte de contacto extremo, no se ve cómo los campos de entrenamiento puedan abrir sus puertas en julio. Y siendo muy francos, tampoco parece haber condiciones para que las cosas cambien súbitamente y la campaña pueda jugarse en las fechas previstas, sin poner en riesgo a jugadores, entrenadores, y empleados.
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