Drew Brees estará en el Salón de la Fama en su primer año de elegibilidad.
Ha tenido una carrera brillante, llena de triunfos y, aunque solamente ha conseguido ganar un título, no deja de ser notable el impacto que su presencia ha tenido en una franquicia que, hasta antes de su arribo, se había pasado la mayor parte de su existencia batallando para salir de la mediocridad.
Además, es casi un hecho que cuando se retire lo hará como el mejor mariscal de campo en la historia de la Liga en términos de yardas por aire, pases de anotación, pases completos y, además, como el líder de todos los tiempos en porcentaje de pases completados.
Su sociedad con Sean Payton, una mente ofensiva brillante e innovadora, es una de las más productivas en la era moderna, y es gracias a ella que los Santos han sido, en buena parte de la gestión de Payton al frente del equipo, un equipo competitivo y contendiente.
Sin embargo, en las circunstancias actuales, esta estrecha relación entre ambos así como la brillante trayectoria de Brees, podría convertirse en un obstáculo para una transición que le permita a Nueva Orleans mantenerse como un equipo relevante en las próximas campañas.
Ya desde la recta final de la temporada anterior, y de forma evidente en la primera ronda de los Playoffs ante los Vikingos, Drew Brees había dado algunas muestras de estar perdiendo efectividad.
Tras dos actuaciones mediocres ante Tampa Bay y Las Vegas, hay indicios adicionales para suponer que, con casi 42 años a cuestas, el veterano egresado de la Universidad de Purdue, ha dejado sus mejores años en el pasado.
Por lo pronto, esta noche en el Superdome, los Santos reciben la visita de Green Bay, en el que bien podría ser el último enfrentamiento entre Drew Brees y Aaron Rodgers.
Después de las dos primeras semanas del calendario, los Empacadores han lucido como un equipo sólido y serán un rival formidable para Nueva Orleans, que tendrá que mejorar notablemente para aspirar a la victoria.
Y, aunque una derrota no sería motivo como para encender las alarmas y podría incluso estar presupuestada tomando en cuenta la calidad del rival, otra actuación mediocre del Drew Brees podría generar muchas dudas en torno a la conveniencia de mantener al frente de la ofensiva a un hombre que podría estar sufriendo un declive acelerado en su rendimiento.
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