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¿Se morirá con la suya?
Mario Castillejos | 23-05-2019
en CANCHA
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El dilema de Ignacio Ambriz: ¿En el estadio de los Tigres mantengo el esquema de la posesión de balón como plataforma, avanzando en bloque, jugando sin voltear a ver el marcador o ajusto a mi equipo a las circunstancias ponderando que hoy el empate es bueno para el León e incómodo para los Tigres?

Si a lo largo de todo el torneo, Nacho les transmitió a sus jugadores que de local o visitante jugarían a la tenencia y posición territorial, identidad que los hizo liderar en cada una de las mediciones posibles, y de pronto se encuentran con esta Final y les dice:
 
"Bueno, chicos, en este primer partido vamos a intentar no perder; no comprometamos el balón en la salida y no duden en tirarla larga".

Sus jugadores podrían caer en la desconfianza:
 
"¿Cómo que no comprometamos el balón si me llevas diciendo todo el año que hay que ir adelante siempre con nuestra idea, marcando uno, dos o tres goles más que el contrario?".

Creo que ese brusco cambio de señal sólo alimentaría dudas entre los suyos que al final cobraría factura.

Llegó el momento donde el futbol tentará la capacidad de ambos equipos para jugar con la necesidad del marcador y el reloj.

La esencia tanto de Tigres como del León es el pase en corto, los rondos, la transición de posiciones usando el balón como distractor, defendiéndose con la pelota.

Aunque Tigres ya nos demostró que si es necesario no se va a tocar el corazón con romanticismos para implementar el plan "B" como lo hizo ante Rayados, la pregunta es: ¿León se morirá con la suya?

De manera pragmática, pedirle a un equipo que juegue siempre como si fuera perdiendo, es una utopía.

Aunque aquí hay siempre dos corrientes: las que ponderan el ganar sobre cualquier cosa y los exigentes que, además a del resultado, piden que los jugadores no cambien su postura después de marcar un gol a favor.

Y en realidad hay muy pocas plantillas en el mundo que pueden lograr ambas cosas como el Barcelona y ahora el Manchester City.

Pero exigirles, incluso, a estos grandes equipos que no varíen durante una Final, lo veo difícil. Dicen que las Finales se ganan y punto. ¿Cómo sea? Si, cómo sea, claro, siempre agregan que sea dentro de lo reglamentado. Pero ese día, los verdaderos románticos del futbol, simplemente son traicionados.

El romanticismo en futbol es la escuela que antepone el sentimiento y el espíritu. Ganar, no como sea, sino con la esencia del buen futbol. Lo interesante del asunto es que, el atacar antes que defender, tampoco garantizan el resultado.

La última palabra la tiene Tigres y León. ¿No cree usted?

PD. "Las cosas de las que uno está completamente seguro nunca son verdad. Ésa es la fatalidad de la fe y la lección del romanticismo", Oscar Wilde, El Retrato de Dorian Gray.

Lo escrito, escrito está.

 
Twitter: @castillejos_m
 
 
 
 
 
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