Hace muchos años que Daniel Snyder es el hazmerreír de sus socios.
Su gestión al frente del ahora Washington Football Team que compró en 1999 ha estado plagada de errores, equivocaciones, decisiones ridículas y dinero mal gastado.
La lista de entrenadores en jefe que han desfilado por la institución sin poder cambiar el destino de una franquicia que alguna vez fue una de las más respetadas en la NFL, es interminable.
Y aunque por ahí han pasado grandes leyendas en la historia del deporte como Marty Schottenheimer, Mike Shanahan, Joe Gibbs y hasta Steve Spurrier, la injerencia de Snyder en la toma de decisiones ha sido un obstáculo insuperable para todos ellos.
Sin embargo, más allá de la forma lamentable en que Snyder ha afectado la buena fama del equipo durante las últimas dos décadas, el resto de los dueños nunca se habían sentido afectados por tener entre sus filas a un colega inepto e incapaz.
Es más, para muchos era un secreto a voces que Washington era una institución con la que podían hacer negocios y sacar ventaja.
Hoy, sin embargo, la presencia de Snyder ha dejado de ser motivo de burla y se ha convertido en un riesgo para el negocio.
Apenas hace un par de días, Roger Goodell anunció que la liga, a petición del dueño del equipo, tomaría en sus manos una investigación independiente en torno a las múltiples acusaciones por acoso y abuso laboral que se hicieron públicas gracias a una investigación periodística del Washington Post.
Hace muy poco tiempo, Jerry Richardson fue obligado a vender a las Panteras de Carolina por un caso similar. A pesar de haber sido ex jugador de la NFL y un dueño muy respetado por sus pares, Richardson tuvo que deshacerse de su equipo y desaparecer de la escena pública.
Este caso parece ser aún más grave, y la tolerancia para este tipo de circunstancias es aún menor.
En principio, los dueños tendrían que cortar por lo sano, darle las gracias a Snyder por tantos años de ser un socio "a modo", y buscar algún comprador que además de mucho dinero, tenga también la intención de devolverle la grandeza a esta franquicia y por supuesto, el compromiso de establecer un clima laboral sano, inclusivo y respetuoso dentro de su organización.
¿Se atreverá el comisionado a Goodell a llegar al fondo del asunto y darle el tiro de gracia a Daniel Snyder, o simplemente volteará hacia otro lado y emitirá un comunicado prometiendo cambios a los que nadie les dará seguimiento?
Twitter: @JosePabloCoello |