Antes del inicio de la presente temporada, los Vaqueros de Dallas y Dak Prescott fueron incapaces de llegar a un acuerdo para la firma de un contrato a largo plazo.
Como consecuencia de las infructuosas negociaciones, el joven mariscal de campo decidió apostar por sí mismo y jugar la campaña con la etiqueta de jugador franquicia, la cual le garantizaba un sueldo de poco más de 31 millones de dólares. Y lo cierto es que hasta el pasado domingo, todo lo había salido bien a Prescott.
Patrick Mahomes y DeShaun Watson firmaron contratos multimillonarios con sus respectivos equipos, incrementando el valor de mercado para mariscales de campo jóvenes, ganadores, con movilidad y talentosos.
Además, a pesar de que su equipo solamente ganó uno de sus primeros cuatro partidos, Dak jugó a un alto nivel durante el primer mes del calendario, y las tres derrotas se produjeron, en buena medida, gracias a la ineptitud de la unidad defensiva coordinada por Mike Nolan.
Tras la terrible lesión que le costará a Dak Prescott el resto de la campaña, las partes se verán obligadas a tomar decisiones con menos información de la que se suponía tendrían al final de la temporada.
Jerry Jones y su hijo, no podrán ver a Prescott en acción antes de tener que decidir si ceden a sus exigencias o lo dejan en libertad, ya que etiquetarlo nuevamente como jugador franquicia representaría un costo demasiado elevado que comprometería la flexibilidad financiera de la institución para construir un roster ganador.
Por su parte, el egresado de Mississippi State, no tendrá la oportunidad de pelear por un título divisional y demostrar que puede competir contra los pesos completos de la Conferencia Nacional en la Postemporada.
De acuerdo a los reportes médicos, la lesión no pone en riesgo la carrera de Dak Prescott y su regreso al emparrillado no está en duda. Partiendo de ese supuesto, estoy convencido que de llegar a la agencia libre, sus logros le alcanzarían para tener a una larga lista de equipos interesados en firmarlo y convertirlo en su mariscal de campo titular, lo cual será un aliciente para que la familia Jones busque amarrarlo con un contrato a mediano o largo plazo, mejorando la oferta hecha antes del inicio de la temporada.
Ahora bien, no puede descartarse que a partir de lo sucedido en el duelo ante Gigantes, Prescott prefiera no tomar riesgos adicionales y decida aceptar una oferta con menos dinero garantizado que la que los Vaqueros pusieron sobre la mesa hace unos meses.
De la misma forma, tampoco es descabellado pensar que, tomando en cuenta las circunstancias en las que se presentó su lesión, Dak y su representante tomen una posición aún más inflexible en las negociaciones.
Lo cierto es que lo sucedido el domingo coloca a ambos bandos en circunstancias muy diferentes a lo anticipado.
Y aún postrado en una cama de hospital, estoy convencido de que Dak Prescott sigue teniendo el sartén por el mango.
Twitter: @JosePabloCoello |