José López Portillo anunciaba en su último Informe de Gobierno que la nación atravesaba una crisis económica. Que el desplome de los precios del petróleo había provocado la caída. Era el 1 de septiembre de 1982.
Dos días después, Ricardo Antonio La Volpe debutaba con el Oaxtepec luego de un exitoso paso por el Atlante donde rozó, coqueteó y le hizo un guiño a la gloria en una Final inolvidable ante los Tigres de Boy, Batocletti y Barbadillo.
En Oaxtepec, Ricardo Antonio emprendería su última aventura con los guantes de portero sin imaginar que tras su despedida, forjaría como director técnico un todo, una escuela gratuita y pública; que gestaría una revolución de estrategia pura, un compendio de estilos y un menú interminable de formas desde lo práctico hasta lo exótico.
Irreverente, mordaz, adelantado, apasionado, intenso, intempestivo, genio, inventor, atrevido, campeón del mundo y a veces, un incomprendido, un señalado y eternamente criticado. Nada que le espantara. De Ricardo La Volpe se pueden decir tantas cosas que, cualquier casa editorial cerraría ahora mismo una biografía no autorizada.
Casi 50 años ligado a las canchas. 49 para ser exactos desde su debut con Banfield en 1971. Para darnos una idea, justo en los tiempos del álbum "Imagine" de John Lennon y los tiempos en los que Argentina y Venezuela restablecían relaciones diplomáticas.
Como director técnico, casi cuatro décadas. Desde Oaxtepec a quien salvó de un descenso hasta el Pyramids FC de Egipto, pasando por un histórico como Boca Juniors y una Copa del Mundo.
Por cierto, ingratos recuerdos con el cuadro xeneize. "El peor DT de la historia de Boca. El que el día de su debut vistió de blanco y rojo. El que chocó un Ferrari que se manejaba solo", concepto en que tienen a La Volpe algunos aficionados que siguen sin comprender lo que hizo en su paso por Argentina.
Pero así como malas experiencias, nadie puede negar ese estilo ofensivo y atractivo que siempre buscó implementar. Inconfundible su esquema 5-3-2 que pasaba a un 3-5-2. Punta de lanza durante años con todo y la famosa "salida Lavolpiana" al momento de iniciar una jugada desde terreno propio.
Ahora que ha anunciado su retirada definitiva, el futbol mexicano tendrá que reconocerlo como un "loco" (bien entendido el concepto) que formó, marcó y potenció a infinidad de futbolistas, que impuso moda con horribles corbatas de dragón y que inmortalizó su propio lenguaje con pintorescas declaraciones.
"Prefiero a los jugadores jóvenes, que son como CD vírgenes, sin nada. Puedo ir poniéndoles las canciones que yo quiero. Cuando llegan a cierta edad, es más difícil decirles jugás mal".
Hoy de ese Oaxtepec sólo quedan los balnearios, de La Volpe el "lavolpismo" y de aquel lejano septiembre de 1982, el petróleo, como hilo conductor en nuestras conversaciones.
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