Tras lo visto en dos de los juegos más importantes de la semana, en dos de los duelos más esperados, me refiero a los dos Clásicos, está claro que la ausencia de público en la tribuna ya es factor en contra en el torneo.
Por ello la cantidad de partidos descafeinados, desabridos y carentes de emoción. Nunca pensé decirlo, pero es un hecho que es un aspecto que ha mermado gradualmente al espectáculo.
Sin empuje en las tribunas, sin los ecos en la grada, sin los cánticos detonantes, el futbolista no encuentra ese extra, esa motivación que le permita mover las fibras para alcanzar su mejor versión. No están conectados todos los circuitos.
Parecería que no hay un cable que vaya del cerebro al corazón del futbolista y mucho menos, ese puente invisible que va del concreto numerado al césped.
Seamos sinceros, los juegos han sido desangelados aún cuando hay calidad de sobra en algunas alineaciones.
Agreguen los planteamientos timoratos en la mayoría de los partidos y el pavor a la derrota de los entrenadores. Sumen a todo esto que es más sencillo salir a no perder que salir a proponer para ganar.
Que sirva la experiencia de otras Ligas, de otras disciplinas en el mundo para encontrar los mecanismos adecuados para que poco a poco vayan desapareciendo los candados de los estadios. Que autoridades y clubes encuentren la fórmula para que la afición pueda hacerse presente en la tribuna en porcentajes menores siempre y cuando las condiciones se presten.
Acá no se trata de burlar reglas ni de saltarse protocolos. Se trata de mejorarlos. Para ello se requerirá de voluntad, civismo y educación. No es una tarea sencilla pero se puede lograr.
La industria del futbol no puede quedarse de brazos cruzados esperando a que algún día todo esto vuelva a la normalidad porque quizá, nunca más volveremos a tenerla y a abrazarla.
Adaptación, readaptación. Activación, reactivación. A pasos pequeños pero sólidos. Es labor de todos el protegernos y de igual forma, salir de una zona que puede tornarse peligrosa en la hamaca del confort mientras llega "ese día".
No es un tema de desafíos ni rebeliones, tampoco de hacer caso omiso a las recomendaciones, es simplemente ver cómo dar ese gran paso aprovechando la experiencia de otras ligas y de otros países en cuanto a procedimientos para así, ayudar a una industria que necesita de la tribuna. Insisto, donde se pueda.
¿Estamos preparados? Depende de cuánta voluntad tengamos, de cuánto civismo pretendamos mostrar al momento de regresar a un estadio. De qué tan pacientes seremos para formarnos más tiempo para ingresar y cuán pacientes seamos para abandonar el inmueble para evitar aglomeraciones.
La salud es primordial como lo es también la economía y la búsqueda de ese círculo virtuoso sin afectaciones. Octubre será el mes clave.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO |