Les escribo desde República Dominicana, donde la semana pasada tuve la oportunidad de estar en el Corales Puntacana Championship, primer torneo del PGA Tour que se juega fuera de Estados Unidos desde el regreso al golf profesional a causa del Covid-19.
Es un torneo que se jugó por tercera ocasión en el espectacular campo de Corales, en Punta Cana, con una vista y diseño impresionantes a cargo de uno de mis arquitectos favoritos, Tom Fazio. Además, en esta edición aumentaron la bolsa y se dieron puntos completos para la FedEx Cup, así como un lugar al ganador para el Masters de Augusta, que se jugará en noviembre.
Asimismo, se registró récord de participantes latinos destacando a Emiliano Grillo y Jhonny Vegas. De igual forma, me dio mucho gusto ver a Isidro Benítez, que demuestra que los objetivos de la Gira Profesional Banorte están dando frutos con sus miembros, al jugar en la mejor gira del mundo.
El ganador de la justa fue Hudson Swafford al aguantar muy bien un embate en los últimos hoyos del graduado del PGA Tour Latinoamérica Tyler McCumber, quien cerró con 66 golpes, y estuvo a punto de arrebatarle el título.
Después de comentarles toda la parte técnica, me interesa mucho explicarles cómo viví el estar en un torneo del PGA Tour con las nuevas reglas. En varias ocasiones he manifestado la gran labor que se ha hecho para regresar al golf de la mejor manera, sin absolutamente nada que lamentar, y ahora me di cuenta de las razones.
Tengo la gran fortuna de cubrir torneos del Tour desde 1996, por lo que mi curiosidad era muy grande por saber cómo sería. Lo primero, te exigen una prueba PCR negativa no mayor a cuatro días. Para llegar al campo de golf tienes que pasar por tres retenes en los cuales te piden tus acreditaciones, en otro te toman la temperatura y te dan una pulsera que debes portar todo el tiempo. En el último te piden lo mismo y checan en una computadora que todo esté correcto.
Al llegar a la sala de prensa me di cuenta que era muy pequeña y que sólo había gente de operaciones del PGA Tour y el staff de voluntarios del torneo.
Ningún medio podía entrar a cubrir, ni siquiera los locales más importantes, por lo que el tour se encarga de difundir toda la información del evento. Tampoco se podía hacer entrevistas a los jugadores si no era dentro del espacio asignado por el Tour y se debía pedir permiso antes al personal del staff.
Ver el espectáculo de golf sin público, sin gradas y sin stands fue verdaderamente duro, algo que jamás había experimentado. No se podía tomar fotografías en el campo de los jugadores y todo el tiempo era obligatorio el uso de cubrebocas.
En este marco, me queda claro por qué el Tour ha tenido tanto éxito con su regreso, creo que ésta es la única manera de poder resguardar en lo posible la seguridad de jugadores y el público.
Sin duda, aplaudo la gran labor que están haciendo y, aunque en un principio me pareció muy extraño, al final pude comprender que es la única manera de tratar de que pronto podamos volver a tener más normalidad en los torneos.
Instagram: @wipita |