La era de Earl Thomas en Baltimore terminó de manera abrupta el domingo pasado.
Luego de un altercado con su compañero Chuck Clark en el entrenamiento del jueves, el veterano de 31 años fue dejado en libertad por una escuadra que apostó fuerte por él antes de la campaña del 2019.
Los Cuervos, uno de los equipos con más talento en toda la NFL, dejaron en libertad a un jugador problemático al que hace un año le dieron un bono por firmar de 20 millones de dólares y al que, incluso, podrían tener que pagarle un sueldo garantizado por otros 10 millones en la temporada que está por iniciar. Todo esto con el único objetivo de mantener la cohesión y la química en un vestidor que aparentemente no quería seguir lidiando con la personalidad explosiva y problemática de Thomas.
Más allá de su innegable calidad, habría que señalar que esta no es la primera vez que el egresado de la Universidad de Texas antepone su interés personal a los objetivos de su equipo.
Hace un par de campañas, al término de un partido en Dallas y en medio de una negociación en la que buscaba una extensión de contrato con los Halcones Marinos, fue al vestidor de los Vaqueros a solicitarle a Jason Garrett que lo firmara.
Unas semanas más tarde, tras ser retirado en camilla con una lesión que puso fin a su temporada, le hizo una seña obscena a Pete Carroll, quien además de ser su entrenador en jefe, es el vicepresidente ejecutivo del equipo.
A primera vista, parece haber muchos equipos interesados en contratar a un jugador con las características de Earl Thomas. Después de todo, se trata de un tipo talentoso y experimentado que debiera ser una adición muy valiosa para casi cualquier defensiva secundaria.
Sin embargo, habría que preguntarse cómo es que siendo un jugador de élite con su futuro económico resuelto, Thomas ha encontrado la forma de salir, por la puerta de atrás, de dos de las organizaciones más serias de la liga.
Desde un punto de vista estrictamente deportivo, Seattle y Baltimore perdieron con su partida.
Aún así, me parece que sus antecedentes son como para pensarlo dos veces antes de ofrecerle un contrato multimillonario y a largo plazo.
Si los Cuervos y los Halcones Marinos estuvieron dispuestos a dejarlo ir a pesar de su enorme talento, estoy seguro que quienes estén pensando en tomar el riesgo de firmarlo, tendrían que analizarlo con detenimiento y recordar que, en un deporte como el futbol americano, ningún jugador es más importante que la suma de todos los integrantes del plantel y la armonía en el vestuario.
Twitter: @JosePabloCoello
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