Lionel Messi no ha firmado renovación y podría ponerle fin a su era en el Barcelona. FOTO: AP

"Hemos sido un equipo muy irregular, muy débil, al que le ganan por intensidad, por ganas, que nos crean muy fácil y nos hacen gol", dijo Lionel Messi.

Las declaraciones encajan perfecto tras el humillante 8-2 contra el Bayern Múnich, pero datan de hace un mes, cuando los blaugranas perdieron LaLiga. El "10" quiso sacudir al Barcelona, que ya entonces era un enfermo terminal. "La gente se está quedando sin paciencia y es normal porque nosotros no les damos nada".

Todavía el Bayern Múnich no se cruzaba en su camino para propinarle la peor derrota en su carrera y del club en competiciones europeas, un 8-2 que exige más cabezas que la de Quique Setién.

La directiva encabezada por Josep María Bartomeu es la enemiga número uno de la plantilla. Todo mal en el equipo blaugrana, que grita por una renovación profunda, una limpieza a fondo de jugadores y de conceptos.

Lionel Messi, Luis Suárez, Gerard Piqué y Arturo Vidal tienen 33 años; Sergio Busquets, 32, y Jordi Alba, 31, todos ellos titulares en el juego ante el Bayern Múnich, un equipo explosivo, de ADN alemán, que los hizo ver fuera de ritmo.

Es un cuadro viejo que exige renovación, que desde hace tiempo depende de un milagro de Messi o un chispazo de Suárez. Antoine Griezmann demostró que aún no come en la mesa de Lionel y de Cristiano Ronaldo, como presumía, pese a que hayan pagado 120 millones de euros por él.

En la renovación del Barcelona quizá no quepan jugadores como Ivan Rakitic, Nelson Semedo, Vidal, Lenglet, Dembele, Junior y Samuel Umtiti, incluso el propio Griezmann no tiene su futuro seguro.

La Masía hoy parece un mito. ¿Cómo extrañan a jugadores como Xavi e Iniesta? Busquets, uno de los grandes herederos, no ha sido constante, mucho menos Jordi Alba y Sergi Roberto, una cantera que hasta ahora ha sido intocable, al menos antes de la peor humillación en competencias europeas.

Una temporada en la que apenas se salvan jugadores como Ansu Fati y Ricky Puig, muy pobre para un equipo que hace algunos años dominaba el mundo y que todavía ayer creía en ese concepto.

"No he tomado mucha atención a lo que se ha dicho desde el entorno del Bayern, porque he estado allí y sé que lo que se habla fuera no es lo que se piensa en el vestuario, pero mañana no juegan contra los equipos de la Bundesliga, juegan contra el mejor equipo del mundo: el Barsa", dijo Arturo Vidal antes del juego de hoy, palabras que seguró estarán un buen rato en su cabeza.