El mensaje de Míchel González a través de redes sociales es pulcro, sereno y respetuoso. Su lenguaje es fino y su expresión corporal denota convencimiento en lo que dice.
Sin aspavientos, sin enojos y aparentemente sin rencores y remordimiento, dice adiós por "motivos personales"... (sabemos bien no es un motivo familiar o personal la única causa de tan repentina decisión).
Se muestra agradecido y le desea lo mejor al equipo que lo trajo de vuelta a México.
Pero, a unas cuantas horas de que comience la nueva aventura, el que un director técnico se baje del barco no es sano para ninguna institución.
La decisión ha generado una sensación de confusión. Una espesa mezcla de fatalidad. El panorama se nubló en cuestión de segundos. Pumas se ha adentrado en un túnel nada alentador. Su presente inquieta, frustra y enoja.
Imaginen lo que pasa a la interna de Pumas para que Míchel a estas alturas haya decidido hacerse a un lado en medio de una turbulencia generalizada. No quiero ni pensar lo endeble que está el proyecto para que de un momento a otro haya optado por dejar el navío a la deriva. Embarcación que por cierto, suma ya nueve años sin conquistar el título.
Pumas atraviesa una severa crisis. Transita por un mar embravecido de problemas deportivos, económicos e institucionales. Por todos los frentes está abollado.
No hay rumbo, nadie le da dirección y no hay quién logre abrirle los ojos para que dimensione lo que sucede desde hace años.
Pumas se mantiene a flote por pura inercia y porque su manto protector universitario le otorga inmunidad y un perdón eterno aún cuando las caídas y decepciones son constantes.
¿Qué es Pumas hoy? ¿Hacia dónde va? ¿Hacia dónde quiere ir? ¿Sigue siendo un equipo estandarte de la juventud? ¿Pretende serlo? ¿Desea promover el desarrollo del futbolista mexicano joven? ¿Cómo está su cantera? ¿Es más mito que realidad?
Pumas es un equipo que, alejado de los grandes presupuestos y de ser un constante en la producción de jugadores de alta calidad surgidos de fuerzas básicas (como sucedía en antaño), deambula como lo haría un vagabundo a la medianoche. Sabemos que está ahí, que todos en el barrio lo conocen, pero que desde hace tiempo vive del recuerdo.
Pumas debe reflexionar para entender el por qué ha comenzado a ser perseguido y hasta desplazado en las preferencias y en la conversación. Poco a poco algunos lo colocan no sólo por debajo de América, Chivas y Cruz Azul sino también de Tigres en cuanto a impacto, poderío y presencia mediática.
Con lo visto en la Copa por México, con el poco deseo que tuvieron de jugarla, con las contadas opciones que hay entre sus jóvenes, con todas las bajas, con las escasas altas y con la salida de Míchel al "cinco para las doce", estos Pumas preocupan demasiado. Doloroso verlo así.
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