La Selección Mexicana juega esta noche ante la de Guatemala.
En la cancha del Estadio Azteca, los descoloridos tricolores de Gerardo Martino jugarán el que algunos podrían considerar como su primer partido de preparación rumbo a Qatar 2022.
Descoloridos porque no cuentan con sus figuras incrustadas en las distintas Ligas de Europa y en la de Estados Unidos, porque a esas obligadas ausencias se ha sumado por decisión propia la de Luis Montes -el mejor futbolista mexicano en la Liga MX-, porque se han sumado otras ausencias por diversas lesiones o dolencias... y porque por enésima ocasión se ha decidido utilizar a la Selección "para probar jugadores", en lugar de convocar a ella -única y exclusivamente- a quienes ya probaron ser los mejores.
Si bien es cierto que esta edición del "equipo de todos" (tradicionalmente explotado por unos cuantos) incluye a varios elementos que son incuestionable material de Selección, también es indudable que tiene a otros que probablemente lo serán pronto pero es evidente que todavía no lo son.
Si de lo que se trata es de empezar a prepararse con toda formalidad para el Mundial de Qatar, baste apuntar que en ese magno evento futbolístico del 2022 difícilmente veremos en el cuadro titular de la Selección Mexicana a más de TRES de todos estos jugadores convocados.
Y si a todo lo anterior le añadimos la fragilidad del sinodal de esta noche (el modesto representativo de Guatemala, al que se recurrió como emergencia al cancelarse el duelo previsto ante el de Costa Rica), sólo podemos concluir que en realidad este partido servirá muy poco o nada como preparación, y que para fines prácticos se mantuvo como opción y se lleva a cabo con el primordial objetivo de ofrecerle algo a la tele y a los pocos aficionados que por ahí lo vean, para así empezar a reactivar la maquinaria futbolera del dinero, tan golpeada por obra y gracia del coronavirus.
Como la necesidad de captar algo de lana adquiere carácter de urgencia para los mandamases de nuestro futbol, tras la cancelación tica se buscó la forma de jugar como fuera, a sabiendas del pobre aprovechamiento que de este partido puede sacarse, menor al de los simples entrenamientos que durante algunos días pudo efectuar Martino con sus flamantes convocados.
De cualquier forma, a quienes jueguen hoy en la cancha del Estadio Azteca sólo les queda la bienvenida obligación y el ineludible compromiso, pero también el ferviente deseo, de capitalizar al máximo esta oportunidad.
Deberán empeñarse en aprovecharla, sobre todo, quienes a nivel de Selección probablemente no volverán a recibir otra oportunidad como ésta... o seguramente recibirán muy pocas.
Cada cual deberá intentar, con su desempeño en este partido y con el posterior rendimiento en el respectivo club, transformar lo que ahora luzca como llamado prematuro -en los casos en que así luce- en futuras convocatorias no sólo merecidas, sino de plano obligatorias para Martino. Jugar a tal nivel y con tal consistencia, que el llamado sea natural e incuestionable y no prematuro y cuestionado.
A ver quiénes van lográndolo a partir de esta noche.
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