Los han puesto a prueba de nuevo, y en esta ocasión también los porteros van a demostrar que son de otro material y de otra raza.
Afectados por el cambio súbito de la regla 12 en 1992, obligados a ser un jugador más de campo en el área, puestos a prueba con balones cada vez más ligeros e impedidos para vestir a su antojo, los arqueros han salido adelante tras cada una de estas modificaciones que, supuestamente, benefician el espectáculo.
El entrenamiento del portero: intenso como pocos, exigente como ninguno e imposible de realizarse por cuenta propia, se efectúa en completa libertad y al aire libre. Así se preparan y cualquier otra variante significa limitar el vuelo, el salto, el disparo, el despeje o el centro. Hoy es necesario modificar por la pandemia, pero la creatividad no alcanza para ampliar espacios ni recorrer los 7 metros con 32 centímetros que tiene una portería de ancho.
Los arqueros son especialistas y su preparación es sumamente delicada, tan es así que parecen jugar otro deporte. El mejor aliado del portero es la confianza en sus manos y su peor enemigo la falta de preparación. Por lo tanto, cada día sin regresar al campo de entrenamiento es un día más de frustración, riesgo y por supuesto, nostalgia.
En la portería no hay espacio para vagos, ya no, el portero no solamente pide más entrenamiento, sino que se involucra y propone.
He consultado con varios porteros de la Liga MX, acerca de su entrenamiento en estas semanas y en todos aparece un denominador común: la pérdida de lo más valioso: distancia y referencia del arco.
Lo más difícil de desarrollar en un arquero, lo más complejo para depurar y mantener, pero a la vez lo más sencillo de perder, es el juego aéreo. Nada más lejano para practicar con el coronavirus que la simulación de un tiro de esquina, una falta diagonal o un desborde con centro al área.
Los arqueros consultados trabajan fuerza, reacción, velocidad y movilidad. Cada equipo y preparador físico tienen su propio método, pero lo cierto es que nadie sabe las condiciones en que regresarán sus futbolistas y el tiempo que llevará tomar el nivel que tenían tras la jornada 10.
En su mayoría ni siquiera tocan el balón, arman sus propios circuitos donde les es posible, pero hay uno que desde hace tiempo compró una máquina que tira balones con fuerza, y en un patio pequeño le permite trabajar seguridad de manos.
Algunos prefieren comparar lo que viven ahora con lo poco que trabajan el balón y la portería durante sus vacaciones. Puede ser, pero el reto que enfrentan los arqueros durante la cuarentena es quizá el más grande, a excepción de aquellos héroes que se embarcaban un mes dentro de un barco para jugar algún partido o competencia en otro continente.
Durante décadas, los porteros se han sobrepuesto a cambios y modificaciones, y durante 150 años han sido atractivos para el público, sobresalientes, líderes y admirados. Una vez que se reanude la Liga, a pesar de todos los obstáculos, los porteros serán ejemplares y gran parte del espectáculo.
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