Gran revuelo ha causado el debut de Phil Mickelson en la Gira para mayores de 50 años. El zurdo de California se ha convertido en una de las figuras más emblemáticas del golf en los últimos 30 años. Sin lugar a dudas, y en mi opinión, Phil debe de estar entre los 10 golfistas más importantes de la historia.
Ganador de 44 torneos en el PGA Tour y cinco "Majors", incluidos tres Masters de Augusta. Sin embargo, el único torneo que le falta para ganar el Grand Slam del golf es el US Open, el cual ha terminado seis veces en segundo lugar, pero definitivamente la edición de 2006 debe ser el trago más amargo de su carrera.
Mickelson empezó a destacar en el golf desde muy temprana edad; en realidad es diestro, pero aprendió golf al ver a su padre reflejado en un espejo y ahí es como empezó a jugar de zurdo. Después de una gran carrera colegial en la Universidad de Arizona, que le significó ganar tres veces el título individual de NCAA, 16 victorias colegiales y además el título del US Amateur. Aunque, probablemente el más relevante fue el Northern Telecom Open, torneo del PGA Tour, y que hasta la fecha es el último amateur en haber logrado un título del Tour.
Ha pasado más de 25 años dentro de los primeros 50 del ranking mundial, además fue inducido al Salón de la Fama del golf en 2012.
Pues bien, en junio Phil llegó a la edad de 50 años, lo cual lo hace elegible para el Champions Tour, la gira de veteranos para mayores de 50.
En lo personal siempre pensé que Phil tardaría algún tiempo en incorporarse a la gira como lo hizo en su momento Jack Nicklaus y Vijay Singh, pues creo que él puede ser todavía muy competitivo en el PGA Tour.
Probablemente motivado por la camada de nuevos integrantes -como Ernie Els, Jim Furyk, Mike Weir, David Toms y Ken Duke, que le dan nuevos bríos a los veteranos- es que Phil decidió incorporarse casi de inmediato, ganando el Charles Schwab Series en su debut y la semana pasada el Dominion Energy Charity Classic.
Confieso que este domingo esperé con gran interés ver la final del torneo, ya que en la última ronda salía con desventaja de tres golpes respecto al canadiense y ex campeón del Masters, Mike Weir. Desde un inicio Phil hizo alarde del arma más importante que tiene con los veteranos, que es su distancia; poco a poco fue intimidando a Weir hasta terminar ganado por una ventaja de tres.
El mismo Tiger Woods declaró que Phil debía ganar en cada uno de los torneos que se presentará en ese circuito, ya que tenía a su favor la experiencia y la potencia que se necesita.
Además, el carisma de Phil es algo que necesita el Tour de veteranos, pues le inyecta nuevos bríos a este grupo de leyendas, que, a su vez, estaban esperando la llegada de la nueva camada de novatos que logrará un mayor interés en la gira.
Me parece que Phil se siente muy cómodo y también creo que le faltan todavía un par de victorias más en el PGA Tour.
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