Un penal es el peor escenario para un portero, momento donde está a punto de ser fusilado, la mayoría del público creemos que un penal es igual a gol, en la reglamentación no hay nada que tenga mayor ventaja que marcar un penal ¿hacia dónde te tirará el cobrador?
El arquero espera, trata de adivinar hacia dónde va el disparo, es algo que no está bajo control, sólo reacciona, cuando el tirador empieza a colocar el balón, se marca la diferencia de los 2 tipos de porteros que existen, los que tienen personalidad y los que carecen de ella.
Y no es necesario ser un hablador para demostrarla, unos que tienen la seguridad para meterse a la cabeza del tirador y predisponerlo a que su disparo vaya a cierta dirección; otros, desde su silencio, analizan la postura, la mirada, el acomodo del balón, recuerdan los videos que estudiaron, las horas de entrenamiento se extienden como si sus brazos cubrieran toda la meta, silba el árbitro, empieza la carrera, unos ya saben hacia donde va, otros rezan por encontrarse la pelota en el vuelo y algunos aguantan hasta el final, no saben si va picado despacio, angulado o un cañonazo.
La vida es un constante penal, algunos lo enfrentan con preparación, otros con personalidad y unos se atienen a la suerte, sabemos que la llevamos de perder, pero ¿algún jugador es perfecto en los penales?
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