| | Lozano sufre para encontrar espacios ante las defensas de los clubes italianos.
FOTO:
Reuters |
| |
| |
|
|
|
La descripción de Gennaro Gattuso sobre Hirving Lozano fue más violenta, y demoledora, que las planchas que repartía en la cancha.
"Él puede jugar afuera, pero ¿puede garantizarme una fase defensiva? O lo pongo a él o al equipo en problemas. Creo que sí, a nivel institucional no me está yendo bien, pero alineo jugadores funcionales y tengo que explicárselos. Me duele ver a Lozano en las gradas", lanzó el técnico del Nápoles apenas el pasado 28 de febrero.
Esa frase luce como el epitafio del "Chucky" con los napolitanos.
La habilidad de Hirving no le alcanza para driblar las expectativas.
Es el fichaje más costoso en la historia del Nápoles. La prioridad era el colombiano James Rodríguez, aferrado al Real Madrid, así que los italianos desembolsaron 42 millones de euros por el mexicano, obligado a desquitar cada centavo.
Llegó a una delantera demasiado hecha: José Callejón, Dries Mertens y Lorenzo Insigne son inamovibles. Así que al entonces técnico Carlo Ancelotti se le ocurrió la pésima idea de usar a Hirving como su 9; Lozano tiene de punta lo que "Carletto" de chino.
El catenaccio es un sistema defensivo implacable. No concede el mínimo espacio. Y el "Chucky", sin espacios, es un jugador más.
Incapaz de superar a los defensas de la Serie A, repele las críticas en Instagram.
"Para dejar huella hay que tocar el suelo antes de echar a volar", publicó el pasado 12 de noviembre.
Suma dos goles y una asistencia en lo que va de la temporada. Este año apenas ha jugado 50 minutos.
El Nápoles, acostumbrado a pelear por el Scudetto, tuvo un inicio de torneo tan terrible que su dueño Aurelio de Laurenttis incrementó las concentraciones, pero los futbolistas se rebelaron y los multaron.
Hoy el equipo es sexto de la Serie A, puesto que le da derecho a pelear por un sitio en la Europa League. Una resurrección en la que Lozano no tiene mérito. Naufragio a la vista
A Hirving Lozano y a Érick Gutiérrez les urge una "fusión", porque de los dos no se hace uno en este 2020.
La pareja maravilla (que tuvo momentos brillantes con Pachuca y el PSV Eindhoven) ya vivía un 2020 terrible mucho antes de que el Covid-19 frenara el futbol.
Amigos desde su infancia en la Bella Airosa, ahora viven una etapa oscura: al "Chucky" lo anuncian como moneda de cambio del Nápoles, mientras que "Guti" ya no pinta ni como suplente de lujo con el PSV Eindhoven.
Comparten calidad, vivencias en el Mundial de Rusia y hasta fama por festejar con la técnica de la "fusión", de la serie japonesa Dragon Ball. Hoy coinciden hasta en la malaria deportiva.
Moneda de cambio
El fichaje más costoso en la historia del Nápoles, el de Hirving Lozano, hoy sirve solo como moneda de cambio. El club italiano desembolsó 42 millones de euros por el mexicano y, al no poder recuperar la inversión, por el bajo nivel deportivo del futbolista, al menos quiere sacarle algo de jugo.
Lozano sería intercambiado por Felipe Anderson, del West Ham, de acuerdo con la prensa inglesa. Otros reportes también lo sitúan en la Premier League toda vez que Carlo Ancelotti, técnico que lo llevó al Nápoles, ahora dirige al Everton.
Italia es uno de los países más golpeados por el Covid-19 y el club napolitano lo resiente. Necesita capitalizarse, inyección de recursos, o por lo menos aligerar la nómina.
Además, a Lozano cada vez le salen más competidores, como Matteo Politano por la pradera derecha. El italiano llegó por dos años con opción a compra.
Relegado por el técnico Gennaro Gattuso, parece que los días del "Chucky" en la Serie A están contados. Su estancia solamente se alarga por culpa del Covid-19. (Joani Cruz)
@ContrerasCANCHA |