La reactivación del deporte que tantos dolores de cabeza ha causado en el mundo debido a la complejidad en el reajuste de calendarios, resulta "peccata minuta" si lo comparamos con el oscuro panorama que se le avecina a la industria en cuestiones de economía.

El futuro inmediato es poco alentador y no será nada sencillo salir de esa espesa neblina que habrá de afectar a todos... y a todo. La recuperación llevará tiempo y en ese lapso, habrá quienes ya no podrán ni contar las causas de su quiebra porque ya no habrá quién redacte un comunicado oficial.

Hace unos días, Hans-Joachim Watze, director ejecutivo del Borussia Dortmund, declaró que de no jugarse el resto de los partidos programados, muchos equipos podrían desaparecer y que la Bundesliga podría experimentar cambios radicales. "Si no jugamos durante los próximos meses, toda la Bundesliga se hundirá. Se tiene que salvar al futbol lo antes posible".

Ojo, estamos hablando de una de las ligas económicamente más poderosas y estables del planeta junto con la Primer League, LaLiga, Serie A y Ligue 1.

Para darnos una idea, el 80 por ciento del dinero que se movió en transferencias en el último mercado de fichajes, circuló exclusivamente entre clubes de esas cinco competiciones. Entre todos gastaron poco más de 4 mil millones de dólares.

A raíz del paro general a causa del Covid-19, la industria del futbol ha sufrido significativas y dolorosas repercusiones. Los clubes y los jugadores han perdido valor. El poderoso Manchester City se devaluó un 19.7 por cierto ante las pérdidas registradas en las últimas semanas cercanas a los 250 millones de euros.

Raúl Jiménez, el futbolista mexicano más caro de la actualidad y de la historia valía hace un año 54.3 mdd; hoy, 43.4. Nadie se salva.

En Italia, el efecto Cristiano Ronaldo que generó 2 mil millones de euros por venta de derechos nacionales de retransmisión en directo, reflejando un incremento en las finanzas de la Serie A, se desploma poco a poco a causa de la "pelota parada", literal.

Sin TV, los clubes no cuentan con su mayor aliado que les permite operar financieramente de manera sostenible.

En México, el panorama también podría resultar oscuro y denso. De ahí la importancia de una pronta reactivación apenas haya luz verde. Las pérdidas económicas se siguen acumulando y la afectación se hace más grande. Muchos clubes entrarán en crisis y no habrá suficiente liquidez.

Algunos patrocinadores comienzan a bajarse del barco y no invertirán hasta no palpar cierta estabilidad.

Todo cambiará. Se acabaron los contratos estrepitosos y alejados de toda realidad. Se dejará de pagar en dólares y veremos muy pocas compras. Si acaso, préstamos y truques.

O se toman medidas o el círculo vicioso será tan grande que terminará llevándose a todos como un huracán enardecido.

 
Twitter: @CARLOSLGUERRERO