"Porque nada tenemos, lo haremos todo", rezaba el slogan insignia de la Copa del Mundo Chile 1962.
La frase fue inmortalizada por el dirigente chileno Carlos Dittborn, una vez que el terremoto más devastador del que se tenga registro, causó cerca de 50 mil muertes en el país sudamericano, sin cancelar la organización de la justa mundialista.
Hoy, los atlantistas podemos adoptar las palabras de Dittborn al empezar, como solamente se hizo en 1916, de cero. El 2020 pasará a la historia azulgrana como el año en el que un exitoso empresario identificado con el equipo sentimentalmente, decidió adquirirlo sin un solo empleado, sin sede, sin organigrama, sin cuerpo técnico y sin futbolistas de ninguna categoría.
Un mes antes de iniciar su participación en el Torneo Guardianes 2020, Mario García fue contratado como responsable de la dirección técnica. De cero y con un presupuesto, para todo el plantel, que bien podría cubrir el salario de un solo jugador, medianamente regular, de la Liga MX.
Como nunca antes en la historia del equipo, no hay un solo jugador originario de la Ciudad de México, como nunca antes, ninguno tiene formación, raíces o identificación con los Potros (salvo el atacante Lizandro Echeverría con una etapa anterior de 2 años en el club).
Hoy no hay contrataciones, hoy no hay figuras ni extranjeros. Pero hoy tenemos futbolistas con sed de revancha y con oportunidad de demostrar que merecen un lugar en la Máxima Categoría. Hoy este plantel, que nada tiene y que puede hacerlo todo, representa una de las historias más sufridas pero más llenas de sabor en el futbol mexicano y su fiel afición está dispuesta a cobijarles, siempre y cuando entiendan lo que significa portar estos colores.
El Atlante estuvo más cerca de desaparecer que de militar en la Liga MX esta temporada. Un señor de nombre Emilio Escalante salió al rescate y, de manera discreta y silenciosa, permite que nuestro equipo regrese a la Ciudad de México después de 13 años y al Estadio Azulgrana 18 años más tarde.
El domingo pasado nos emocionamos con cada centro descolgado por "El Gansito", con cada regate pícaro de Pablo Gómez, con cada duelo defensivo de García Manríquez, con cada barrida del "Cuba", con cada disparo de Ronaldo y con cada incorporación al ataque de Alaffita.
El dolor, la carencia, la austeridad y hasta el sentido de abandono son sensaciones muy atlantistas. No se preocupen, estamos acostumbrados a lidiar con ellas. De la misma manera, somos agradecidos y cada uno de estos jóvenes que integran nuestro plantel, muy pronto sentirá, como miles de nosotros que, dentro del Atlante, no nos cambiamos por nadie.
No, no tenemos luminarias ni seleccionados nacionales... no tenemos grandes patrocinadores ni autos de lujo... no tenemos ni siquiera la esperanza de ascender a la Primera División, pero tenemos el orgullo de ser representados por futbolistas que hoy se pueden sentir privilegiados.
Partimos de cero, como en 1916. En efecto: nada tenemos, por eso lo haremos todo.
Twitter: @FELIXATLANTE12 |