Hay quienes jamás vieron jugar a Luis Hernández. Jóvenes que a pesar de que tienen en sus manos un fabulosa herramienta que desborda y emana información, no tienen tan claro quién fue y cómo es que jugaba ese jocoso personaje que los hace reír a través TikTok.
Algunos sólo saben que es uno de esos tantos actores irreverentes que, dentro de la poderosa era de las redes sociales, aparece amablemente con una rebelde melena rubia haciendo sátiras y comedia.
La realidad es que detrás del personaje "tiktokero" aún habita el recuerdo de un futbolista que marcó época. Al que las formas nunca le importaron tanto; un delantero que se divertía en la cancha, que no entendía de presiones y que sentía alivio potenciando no sólo sus músculos sino el descaro y la irreverencia en cada avance. Su larga cabellera volaba, era un ente libre al que le importaba poco si el gol era decoroso o si entraba de milagro.
Ayer lo entrevisté vía zoom para TV Azteca. Lamenta que sean tan pocos los delanteros mexicanos con presencia como para arrebatar puestos de titularidad a los atacantes extranjeros. Asegura que hacen falta jugadores que levanten la mano, que griten, que se aferren a las oportunidades y que no las dejan escapar. Delanteros que rompan el molde y que salgan del guión; que se atrevan a cosas diferentes y que sean buenos locos en la cancha. "Más como Cuauhtémoc Blanco", dice.
Para él, nadie como Manuel Lapuente como entrenador. Bajo sus órdenes alcanzó la gloria con Necaxa y en Selección Nacional. "Y eso que yo era un indisciplinado tácticamente hablando".
Cuenta que alguna vez lo corrió de la Selección en la Copa Rey Fahd por haber reclamado airosamente a un compañero en un entrenamiento y que cuando Lapuente le hizo saber la medida en el hotel, sólo se limitó a decir con total desfachatez, "ok, está bien", en lugar de esperar alguna explicación.
Eso era y eso sigue siendo Luis Hernández. Convertido en la actualidad en uno de los personajes más seguidos en plataformas digitales gracias a sus videos repletos de humor y parodia.
Confiesa, por cierto, que es su esposa la mente maestra detrás de cada montaje. Bromea con que es la nueva "Luisita Rey", puesto que lo explota como lo hacían hace años con Luis Miguel.
Hernández no dejará de producir y subir videos. La gente continúa siendo su motor. El cariño del público digital -turbulento y complejo- ya se lo ha ganado. Basta ver el efecto viral de sus propuestas escénicas repletas de imaginación.
¿Y por qué seguirá regalando sonrisas? Misma razón por la que se mantenía en la cancha. Para hacernos sentir a través de las emociones que la vida vale mucho la pena.
Se lo dijo una fiel seguidora en los comentarios de alguno de sus videos. "Tengo cáncer. Estoy recibiendo quimioterapia. Me estoy muriendo... pero de risa viéndote una y otra vez".
Twitter: @CARLOSLGUERRERO |