| | Manute Bol murió en 2010.
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Medir 2.31 metros te sitúa más cerca del cielo, pero también te impide despegar del suelo. A Manute Bol la NBA no le impresionó más que su propia vida.
El legendario pívot sudanés aterrizó en la mejor liga de baloncesto del mundo con solo 23 años, pero bien curtido en la supervivencia.
Cuando al gigante de cuerpo infinito y cara de niño le preguntaron en 1985 por el reto sobrevenido, el vértigo, el desarraigo, la presión y otros lugares comunes del periodismo y la psicología deportiva, respondió con una mesura lapidaria: "No me asusta nada. Cuando era más joven tuve que cazar un león con mis propias manos", soltó.
Cazando rebotes entre zarpazos y coleccionando tapones, Bol hizo carrera (Bullets, Golden State Warriors, Sixers y Heat) mientras le escrutaban como a un extraterrestre, se convirtió en el jugador más alto de la historia de la Liga -honor que años más tarde tuvo que compartir con el rumano Gheorghe Muresan-, dejó huella en una época plagada de mitos y murió joven, sin tiempo de recoger su legado.
Pero estos días, en Disney World, su herencia ha emergido con fuerza. Su hijo, Bol Bol, de 20 años, 2.18 metros (2.34 m de envergadura) y 99 kilos, se ha convertido en la gran atracción de la reanudación de la Liga.
En su debut oficial con los Nuggets de Denver, en el partido amistoso ante los Wizards, Bol deslumbró con 16 puntos, 10 rebotes, 6 tapones y una exhibición de habilidad, dinamismo y acierto exterior impropios de un siete pies.
"No me sorprende lo que ha pasado porque he trabajado muy duro, esperando este momento", resumió con serenidad genética el protagonista, elegido en el puesto 44 del último draft.
Con doble nacionalidad sursudanesa y estadounidense y formado en la Universidad de Oregon, Bol Bol sólo visitó su país africano a los 11 años para enterrar a su padre. El Bol de Sudán El sueño americano de Manute Bol duró 10 años.
En 1995, los Milwaukee Bucks, que iban a ser la quinta franquicia en su currículo, le despidieron sin llegar a debutar.
Su artritis crónica en las rodillas se convirtió en un obstáculo insalvable. Los achaques acabaron la carrera del pívot africano en la NBA. Un viaje incompleto.
Bol regresó a Sudán.
Su tierra natal había estado inmersa en una guerra civil desde 1983 y durante esos años estuvo enviando parte de sus ganancias en la NBA al Movimiento de Liberación del Pueblo, que defendió a su tribu Dinka contra el régimen islamista del norte del país.
En 1997, Manute llegó a la capital, Jartum, entonces con 35 años y ya divorciado de su primera esposa, conoció a una joven de 17 años, Ajok Kuag, con la que acabaría casándose.
Para salvar las reticencias por la diferencia de edad y como parte del acuerdo de matrimonio, Manute pagó a la familia de la novia 150 vacas.
El 16 de noviembre de 1999 nació el primogénito de la pareja. Lo llamaron Bol Manute Bol, en un homenaje onomástico al patriarca, el abuelo de Manute, Bol Chol Bol, el gran jefe Dinka, que tuvo 58 esposas.
Manute regresó a EU al ser acusado de espionaje. Su maltrecha salud y sus problemas económicos le sumieron en la ruina y la enfermedad.
Un grave accidente de tráfico en 2004 acabó por lastrarle físicamente de por vida. El 19 de junio de 2010, a los 47 años, Manute Bol falleció en un hospital de Virginia a causa de un fallo hepático. |