El tiempo hace que se acumule polvo sobre las cosas y es sano tratar de sacudirlo.
Cuarenta y dos años después del mayor fracaso de la Selección Mexicana en las Copas del Mundo -Argentina 78-, Raúl "Cora" Isiordia y Víctor Rangel retoman, a invitación expresa, los motivos del derrumbe.
Fue tal vez la primera vez que los futbolistas supieron que había patrocinios y premios que les podían hacer ganar más dinero.
En una gira a España, conviviendo con jugadores de ese país, se enteraron los mexicanos que cada uno de sus colegas ganaban 5 mil dólares por presentarse y otro tanto por triunfo. En la Selección de Roca se les pagaban viáticos de 100 dólares diarios y un pequeño estímulo si ganaban.
Pero además había contratos individuales con 2 diferentes marcas de zapatos y algunos jugadores ganaban el triple que los otros. Y a una minoría no les ofrecieron nada.
Víctor Rangel acepta que el equipo llegó partido al Mundial porque había enormes enconos y envidias dentro del plantel. Y "El Cora" Isiordia abundó diciendo que cuando los veteranos reclamaron a los directivos de la Federación un pago más justo, dejaron de ser llamados: "Kalimán" Guzmán, Javier Sánchez Galindo, Paco Solís, "Chepe" Chávez, Manolo Guillén, Paco Castrejón y José de Jesús Aceves.
Rangel, parte de la Selección dorada en la que hacía mancuerna ofensiva con Hugo Sánchez, acepta que el dinero, los patrocinios y las envidias ya habían dado al traste cuando ese equipo maravilloso se presentó en los Juegos olímpicos de Montreal en 1976. Llegaron carcomidos y peleados.
En ningún momento pusieron en duda el deseo de ofrecer lo mejor en cada partido, pero el mal ambiente interno y el maltrato directivo fueron un peso más.
La diferencia de criterios de trabajo entre los 2 preparadores físicos del equipo, Pedro Nájera y Rubén Maturano -dos leyendas- les hizo retarse a golpes en la víspera del debut contra Túnez.
Si la idea de José Antonio Roca de llevar un equipo joven y físico como apuesta fue influida por las diferencias económicas o no, el caballero de las canchas se lo llevó a la tumba.
Una charla así de abierta sobre lo que sucedió con ese equipo no se había escuchado.
Ambos entrevistados coinciden en que no se aprendió lo suficiente en el manejo económico, el trato al futbolista, su respuesta en el campo y la equidad en la repartición de los patrocinios.
Esos temas recurrentes datan de ese decepcionante Mundial, en el que varios titulares cursaban apenas su segunda campaña como titulares en Primera División.
Con el relanzamiento de la Liga y las lecciones de la pandemia, es de esperarse que recapitulaciones como esta permitan avanzar más rápido.
En algunos asuntos, el futbol está parado en el mismo lugar que hace 42 años.
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