El "lobo" aúlla hacia la luna llena. Acaba de comer, pero tiene hambre, más hambre. Es tiempo irse, de buscar nuevos horizontes, de encontrar nuevas "presas", de cazar sueños más ambiciosos...
El Wolverhampton corroboró ayer que es una de las grandes historias del futbol europeo y mundial en una temporada que agoniza más lentamente que nunca.
El modesto club del centro de la "Isla del Hombre" ha pisado terrenos que parecían impensables. Primero, peleando hasta las últimas consecuencias por un sitio europeo a través de la competitiva y aclamada Liga Premier, y luego cumpliendo el sueño de alcanzar la fase de los Cuartos de Final de la Europa League. Ellos quieren más y estoy seguro de que pueden más, pero aun, de no lograrlo, la campaña recibe ya el calificativo de extraordinaria.
Dirán que tengo prisa. Algunos más que es desesperación y otros que debo caminar antes de correr, pero yo no quito el dedo del renglón: Raúl Jiménez debe apostar por el siguiente nivel del juego. Primero, para probarse a sí mismo que sus excelsas facultades le alcanzan para ello, y segundo para constatar que el futbolista mexicano es apto para llegar y mantenerse en la llamada "Clase A" de clubes europeos, escalafón a donde sólo han llegado tres y nada más: Hugo, Márquez y "Chicharito". Por eso creo, y subrayo, que lo peor que le puede pasar al ex delantero del América es quedarse en el confort que significa el Wolverhampton. No tiene más que ganar y probar en un equipo de mediana categoría del futbol inglés que se ha atrevido a todo en esta temporada.
"¿Y que tal si al "chico" le alcanza sólo para estar en ese nivel y es en donde se siente más cómodo?", me objetan aquellos que parecen tener el "miedo" que Jiménez no siente cuando hace un cambio de ritmo, cuando hace un quiebre y dispara, o cuando se levanta sobre la defensa para rematar portentosamente de cabeza. Un futbolista como cualquier otro profesional en el ramo que sea de la vida debe luchar siempre por alcanzar el mejor sitio posible. Quedarse en una "zona de confort" no es una opción. El jugador de futbol es, por naturaleza, en un animal competitivo que nunca puede sentirse saciado o satisfecho con lo que tiene. Siempre que sus facultades den para más, debe atreverse a buscar más.
Raúl Jiménez (29 años cumplidos) no tiene la edad de Mbappé o la de Vinicius. Está en un momento en el que aparece todos los días en los rumores de la prensa europea. Que si se va a la Juventus para ser el compañero de Cristiano. Que si Aubameyang lo ha opuesto como condición para quedarse en el Arsenal. Que si el Manchester United está dispuesto a todo para tenerlo. Que si es una alternativa para el Madrid que siente que la inversión que hizo por el serbio Jovic no fue la correcta. Que si podría ser el movimiento del Barcelona si lo de Lautaro Martínez no se concreta. El "que si" de Jiménez está en el punto más álgido y en un momento increíble, soñado, espectacular para tratar de dar paso al siguiente nivel.
Y es que, los Lobos nunca se satisfacen, siempre tienen hambre, y cuando terminan de comer, aúllan hacia la luna llena y se van a la búsqueda de su siguiente presa.
Hazlo, Raúl, atrévete Jiménez y juega hasta donde tus facultades te alcancen para jugar. No te quedes en una "zona de confort".
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