Los Vaqueros de Dallas fueron incapaces de llegar a un acuerdo a largo plazo con Dak Prescott antes de la fecha límite impuesta por la NFL.
Esto implica que el mariscal de campo jugará la campaña 2020 con la etiqueta de jugador franquicia y cobrará un sueldo garantizado de 31.4 millones de dólares.
Si de la mano de Mike McCarthy, Dak Prescott mantiene o mejora el gran nivel mostrado el año anterior, Jerry Jones tendrá que volver a la mesa de negociaciones al final de la temporada.
Sin embargo, es un hecho que para ese momento, Dak pedirá un contrato más lucrativo que el que estaba dispuesto a firmar antes del día de ayer, ya que, entre otras cosas, sabe que, de no llegar a un acuerdo, Dallas tendría que usar de nuevo una etiqueta de jugador franquicia y pagarle un sueldo de, al menos, 38 millones de dólares en la campaña 2021.
En pocas palabras, si el equipo anda bien, el precio para darle continuidad al proyecto será sustancialmente más alto.
Obviamente, es probable que surja una lesión o que Prescott sufra una baja notable de juego. En ese caso, Dallas podría dejarlo ir como agente libre.
Aun en esas circunstancias, y a menos que su carrera terminara de forma abrupta por causas de fuerza mayor, estoy convencido de que Prescott tendría más de una oferta para firmar un contrato multimillonario a mediano plazo, y ser titular.
Lo que me parece mucho más complicado es que los Vaqueros, una vez que hubieran tomado la decisión de dejar ir a Dak, pudieran encontrar una alternativa confiable para hacerse cargo de la ofensiva, ya sea en la agencia libre o en el draft colegial, sobre todo, si como se espera, la campaña de la NCAA no se desarrolla de manera normal.
Así las cosas, creo que Jerry Jones estiró demasiado la liga y comprometió innecesariamente el futuro de su equipo.
Si en su momento cedió a los deseos de Zeke Elliot y lo firmó a largo plazo, tendría que haber entendido que el peso específico de Prescott es mucho mayor.
Puede ser que él esté convencido de que Dak no los llevará a ganar un Super Bowl, y quizás tenga razón. Sin embargo, es evidente que, actualmente, Prescott representa la mejor alternativa para buscar tener un equipo competitivo, y por ahora, no hay un Plan B.
Esperar que la suerte vuelva a sonreírles con un agente libre, como sucedió con Tony Romo, o con una selección de cuarta ronda, como pasó con Dak, no es una estrategia sensata, y podría traer consigo años de mediocridad y prolongar la larga sequía de títulos para el otrora "Equipo de América".
Twitter: @JosePabloCoello
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