Apenas Chivas se ha recostado en la cama. No ha cerrado los ojos por más de diez segundos. Todavía está en sus cinco sentidos; aún escucha todo.
Está lejos, muy lejos de un sueño profundo... y ya tiene pesadillas. Basta un parpadeo para que flashazos de inquietud le llenen la mente en milésimas de segundo. Monstruosos destellos, suficientes para que su panorama luzca aterrador.
El torneo ha iniciado, sólo una jornada disputada y Chivas sigue transitando sobre una opaca realidad que abolla y marchita su grandeza. Si no fuera por herencia, si no fuera por tradición familiar, ¿qué motivos podría encontrar un niño de 6 años para enamorarse del Club Deportivo Guadalajara con su presente por el cual camina en forma de cuerda floja?
Entre amistosos y el juego oficial frente a Santos, donde fue vapuleado, Chivas no parece un equipo consciente de lo que está verdaderamente disputando. Da la impresión de que no le ha caído "el veinte".
Por doloroso que se escuche, la prioridad del Rebaño es encontrar estabilidad porcentual. Con la pretemporada, con el armado de equipo y con los increíbles préstamos, no se ve cómo pueda aspirar a algo más que salvar la categoría. ¿Liguilla? Complicado. ¿Título? Tema de otra órbita.
Hoy Chivas está a años luz de América, Rayados, Tigres y hasta de Cruz Azul.
Analicemos su último once. Toño Rodríguez, quien debería aportar la experiencia y solidez desde el marco, lució como un novato. A Jesús Enrique Sánchez, le seguimos esperado a sus 29 años. Mier no puede solo. A Alanís le costará el regreso y Mayorga sin suficiente continuidad y minutos como para ser la solución.
Brizuela de los más destacados y rescatables desde hace tiempo. Luce porque el resto no lo hace. Molina de gran aporte, pero insuficiente para un equipo con tantas necesidades. ¿Michael Pérez? ni para una crítica. Pasan los años y nada. Walter Gael Sandoval, vistoso, pero lejos de ser referente o un inamovible. Refuerzo que se ha ido esfumando.
Javier Eduardo López, más ruido por un polémico apodo que por actuaciones memorables. ¿Hasta cuándo? Difícilmente dará más de lo hasta ahora mostrado. Ha llegado a su máximo nivel y hasta ahí. Jugador exquisito en uno de cada diez juegos. ¿Y Pulido? Pulido cada vez es más Pulido. No se reinventó, se quedó en el mismo sitio excéntrico. Pinta y porte de figura, sólo eso.
Y mientras Chivas cedió a sus prospectos como Macías y Godínez, la cruda realidad le sigue asfixiando como una almohada en el rostro que no le permite respirar profundamente.
No sé qué será peor para el Guadalajara. Si cerrar los ojos e intentar dormir sabedor que las pesadillas martillarán su cabeza, o permanecer despierto y darse cuenta que entre los tormentosos sueños y su presente, no hay mucha diferencia.
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