Finalmente, si no sucede algo más y el Covid-19 lo permite, rodará el balón nuevamente para dar paso al Guardianes 2020.
El torneo inicia más por el tema económico que por la salud, y llega una nueva normalidad. Partidos sin público, con bastante publicidad en el campo y en las trasmisiones, además de protocolos sanitarios.
Los equipos acostumbrados al apoyo de su afición no tendrán ese factor. Y los clubes "grandes", acostumbrados a fichajes espectaculares, por la crisis económica tienen discretas contrataciones. El resto de los equipos van con el reciclado del mercado local.
Los directivos tuvieron la brillante idea de eliminar el ascenso y descenso. El sistema de competencia cambió y ahora clasifican directamente los 4 primeros y los 8 siguientes jugarán un Repechaje; el título puede convertirse en un premio a la mediocridad.
Otros países reanudaron Ligas y tienen a sus campeones; aquí seguimos arrastrando mañas, vicios, prácticas obsoletas... así no podemos ser atractivos para eventos como la Libertadores o Copa América.
Seremos anfitriones de la Copa del Mundo 2026, junto a Canadá y EU, y tal parece que el único progreso futbolístico está en los países vecinos, pues aquí no hay quinto partido, mucho menos avance, bueno, solo para directivos y dueños de equipos que velan por sus intereses.
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