Querido futbolista, han pasado solo algunos días desde que abriste tus ojos a la realidad, pero creo indispensable contarte algunas cosas: el planeta fue atacado por un virus proveniente de China que tiene en jaque a la mayoría de las industrias, especialmente las que ya se encontraban en crisis como el futbol mexicano y los medios de comunicación.
Por mucho que tu profesión incluya ser aclamado por las multitudes, no eres tan diferente a los millones en riesgo de perder su empleo, incluyendo a los periodistas con los que hoy compartes hombro a hombro esta crisis.
El mejor ejemplo de lo mucho que la opinión publica batalla para masticar la realidad lo tuvimos cuando Enrique Bonilla declaró para Fox Sports lo siguiente.
"En la Liga si tienen calidad pueden encontrar espacio, o como bien pusiste el ejemplo, pueden ir a Panamá o a donde su calidad los lleve para ser contratados".
Por alguna extraña razón la sugerencia del presidente de la Liga MX causo indignación. Cómo si buscar trabajo lejos de casa fuera algo negativo, como si estas palabras no representaran a 30 millones de mexicanos ganándose la vida en Estados Unidos.
¿Por qué nos molesta tanto cuando nuestro vecino del norte nos hace menos, si nosotros hacemos lo mismo con nuestros vecinos del sur?
Tengo muy claro al estadunidense ignorante que se ofende con la posibilidad de laborar en México, y lamentablemente, se parece mucho a mis paisanos que hoy se indignan por la sugerencia de trabajar en Centroamérica.
Donde dejan a los técnicos y jugadores mexicanos que trabajan en el extranjero por necesidad y no por un sueño como dicen los que van a Europa: si Pepe Treviño dirigió dos veces en Honduras, si Carlos de los Cobos hizo carrera en El Salvador, si tan solo en la Liga guatemalteca tenemos 24 mexicanos, y si Edgar Pacheco jugó en Corea, Bahréin, Chipre, Azerbaiyán, Malta y Guatemala, por qué los jugadores afectados del Ascenso MX no podrían jugar en Panamá o donde su calidad los lleve para ser contratados.
Se quejan de que los extranjeros les quitan el lugar a los jóvenes nacionales, y no se dan cuenta que el principal obstáculo para el jugador mexicano, es el mismo mexicano que se estanca en los niveles superiores y tapa el ascenso individual de los otros.
Si el futbolista mexicano no entendió por voluntad propia que lo mejor para su profesión era salir, ahora tendrá que entenderlo por necesidad.
"Las reglas están establecidas, si tienes la calidad vas a ser parte de este negocio, y si no la tienes, pues no vas a ser parte".
Frío, crudo, tirano, pero cierto. Y la verdad es que tomando en cuenta la manera en la que Enrique Bonilla fue demonizado, me parece comprensible que aparezca su lado más caradura.
Twitter: @AldoFariasGzz |