En algún punto del 2016 caminaba por el aeropuerto de Miami, cuando desde el stand principal de una típica liberaría de paso se asomaba la cara del popular comentarista deportivo Joe Buck, retratada en la portada de su libro "Lucky Bastard" (Bastardo con suerte).
Si has visto un poco de NFL y MLB durante los últimos años probablemente reconozcas el rostro de Joe, quizás te suena su nombre, o tal vez reconozcas su narración invadiendo los audios de Monica Lewinsky y Bill Clinton.
Sin pensarlo compré el libro, a pesar de los altos precios que manejan estas librerías, total si no lo leo podría terminar como set casero de televisión en caso de una pandemia.
Jack Buck era el padre de Joe, legendario comentarista, casado con los Cardenales de San Luis, miembro de varios Salones de la Fama y uno de esos viejos que se "mueren con las botas puestas".
Cuenta la historia que tras una serie de evidentes errores con el micrófono, Joe viajo a casa para pedirle a su padre que considerara el retiro, a lo que la leyenda respondió "Hijo mío, le entregué a esta profesión mis mejores años, y ahora le voy a entregar mis peores".
Las personas que hayan compartido personal y/o profesionalmente con alguna leyenda de cualquier ámbito pueden entender que más que un acto de terquedad o vanidad, se trata de una maniobra de sobrevivencia.
Este tipo de personas simplemente no pueden dejar de ser valiosos para una sociedad, porque en ese momento estarían firmando su sentencia de muerte.
A Ricardo Antonio La Volpe lo tengo considerado entre esos personajes que nunca se retiran hasta que la misma vida los retira. Por eso me sorprendió su anuncio, que, si bien dudo mucho que se cumpla, ha servido para que "El Bigotón" dimensione cuánta gente valoramos sus aportaciones al futbol, específicamente al mexicano.
Es un gran momento para que los que creemos que el México de La Volpe ha sido el mejor de la historia, salgamos de la cueva y gritemos nuestro punto de vista.
Reconozco que salvo ante Argentina, el Tri no generó su mejor juego durante el Mundial, pero sí lo hizo un año antes en la Copa Confederaciones, alcanzando desde un punto subjetivo el mejor funcionamiento para una Selección Nacional, y el lugar más alto para nuestro País en el ranking FIFA, desde un punto objetivo.
El México del 2006 llegó como cabeza de serie y practicando uno de los juegos más innovadores de la época, tanto que Pep Guardiola lo consideró como inspiración para el estilo de juego con el que dominaría el futbol internacional a futuro.
El legado del "Bigotón" es profundo, y no basta con la superficialidad de los títulos para entenderlo.
Disfrutamos los mejores años de Ricardo Antonio La Volpe en México, y ahora nos toca acompañarlo en sus peores.
Twitter: @AldoFariasGzz |