En el mundo de la milicia y en su lenguaje cada vez más especializado, ha surgido en los últimos años un término que cobra mayor alcance en el análisis de los conflictos mundiales <Las Guerras Asimétricas>. Y no es más que la referencia hacia las batallas desiguales. Aquellas donde se miden bandos con fuerzas tremendamente dispares.

Algo como lo que habrá de suceder en uno de los cuatro enfrentamientos del Repechaje, cuando Rayados y Puebla se pongan a prueba.

A primera vista y sin necesidad de un estudio tan profundo, es un hecho que Puebla saltará como la víctima, como el gran afectado de las marcadas diferencias entre las clases sociales de nuestro futbol, pero a la vez, como el beneficiado de un sistema de competencia que brinda acceso y segundas oportunidades a quienes no necesariamente las merecen. Pero ese es otro asunto.

¿Qué tendrá que hacer Puebla ante Rayados? Según especialistas de guerra, es justamente la desigualdad, la "incapacidad" del bando débil frente a uno de fuerzas superiores, lo que obliga al indefenso a desarrollar y a refinar métodos de combate clandestinos para buscar el factor sorpresa o el descuido para generar el contraataque.

Dicho de otra forma, luchar desde otra trinchera, con distintas estrategias e intentar llevar al poderoso a un terreno de desquicio donde pueda sentirse indefenso e inadaptado. Acorralarlo, perseguirlo por callejones estrechos y evitar que pueda asentarse. A los bandos fuertes, les disgustan las persecuciones de películas hollywoodenses entre reducidas calles y puestos de frutas.

Puebla tendrá que aspirar a su sentido combativo, a ese característico frenesí que de pronto encuentra 10 o 20 minutos en sus partidos y que Tabó, Fernández y Ormeño salgan en su máxima noche de inspiración. Ser el débil, no siempre es tan malo si se opta por la estratagema adecuada.

El resto de las batallas lucen más parejas. No hay nada de asimetría. Chivas no creo pueda dormir tan tranquilo de saber que enfrentará a Necaxa. Otro aliado del sistema de competencia que con un sano despertar en la recta final, borró la pesadilla que resultó su arranque de torneo.

Santos es una incógnita al igual que Pachuca. La llave más equilibrada de todas. Será en el duelo frente a frente, en el cruce de fuegos, donde se defina qué batallón es más fuerte. Paridad de condiciones.

Y Tigres, con la responsabilidad de una doble batalla. La que tiene ante sus detractores, incluidos propios aficionados y otra ante un Toluca que puede darse por bien servido de haber avanzado terreno después de un turbulento desembarque y un dinamitado torneo.

Ansioso de ver qué métodos de combate presenta cada equipo. Tendrán tiempo para trabajar mientras corre la fecha FIFA para erigirse como respetables batallones de cara a la guerra de la Liguilla.

 
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