Me tocaron todavía los tiempos de la llamada Segunda División. La mercadotecnia todavía no era parte esencial de los proyectos y tampoco los clubes invertían grandes cantidades en cuestión de imagen. La parte medular era lo que pasaba estrictamente en la cancha y no en los alrededores o en el escritorio.
Nadie, absolutamente nadie, encontraba algo de malo en llamarle "Segunda División" a la categoría inferior inmediata.
Todo comenzó a cambiar cuando alguna mente adelantada entendió que aquello sonaba a desprestigio y que con una etiqueta tan despectiva, no habría evolución, suficiente inversión ni atractivo alguno para que la división mostrara crecimiento.
Así fue como la Federación Mexicana de Futbol decidió cambiar el nombre a "Primera División A", argumentando que era poca la diferencia entre las dos categorías.
Inclusive se pensó en invitar a dos clubes de los Estados Unidos: Halcones Negros de San José y Los Ángeles Salsa. Sí, hace 26 años ya se analizaba como una interesante posibilidad, el trabajar más de la mano con el futbol norteamericano para generar mejorías económicas.
FIFA prohibiría la integración de dichos clubes. Así que el nuevo proyecto arrancaría sólo con 15 escuadras: Acapulco, Gallos de Aguascalientes, Atlético Celaya, Irapuato, La Piedad, Deportivo Marte, Pachuca, Atlético San Francisco, Real San Luis, Caimanes de Tabasco, Coras de Tepic, Inter de Tijuana, Halcones de Querétaro, Atlético Yucatán y Zacatepec.
De los 15 mencionados, técnicamente sobreviven tres sedes: Celaya, Mérida y Zacatepec y sólo una de las franquicias de las ascendidas permanece hasta nuestros días con importantes logros en sus vitrinas (Pachuca).
El grueso de los participantes desapareció, algunos descendieron más peldaños y otros cambiaron de nombre, dueño, sede, escudo y hasta colores.
Lo de Xolos es caso aparte puesto que aquel equipo llamado Inter de Tijuana, nada tiene que ver con la actual franquicia fronteriza. Mismo tema con San Luis.
La volatilidad de la "Segunda" en nuestro País es brutal, espanta. Pero ayuda para entender sobre su terrible fragilidad y para comprender de una vez por todas, por qué la División de Ascenso fue enfermando hasta el punto de morir recientemente.
Hoy son tres los equipos de Segunda División que buscan un lugar en la naciente Liga de Expansión: Reynosa, Tepatitlán y Tlaxcala. Los últimos dos, vistos con mejores ojos o con más posibilidades por temas de ubicación geográfica. De Reynosa preocupa un tema: la inseguridad.
Y mientras continúan las pláticas para establecer quiénes serán los invitados, se piensa hasta en una Liguilla a puerta cerrada y en una sola sede.
¿Se imaginan que pudiera ser televisada?
Ante la ausencia de futbol, estoy seguro que todos estaríamos al pendiente. Le auguraría buen rating apenas dieran luz verde las autoridades.
No sé, piénsenlo, directivos.
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