La falta de partidos durante el aislamiento originaron estragos en equipos y aficionados.

Igualmente surgieron modificaciones que realizó la Federación Mexicana de Futbol que, evidentemente, han dado de qué hablar.

Decirle adiós al Veracruz al consumarse su desafiliación, algo que, obvio, causó desacuerdo con sus aficionados.

La eliminación del Ascenso; alteración en la que se ven afectados los jugadores, ya que deja en pausa su crecimiento profesional y, por ende, la competitividad del futbol.

Sin el riesgo de poder descender, muy probablemente será menor el interés por hacer equipos competitivos. La cancelación del Ascenso también elimina la ilusión de jóvenes futbolistas y de aficiones que anhelan que su equipo consiga ser de Primera División.

Se le suma la transformación por la cual pasa el Monarcas Morelia, club que, tras años haciendo historia, con un estadio creado para 35 mil aficionados, y sin tener razón deportiva, sufre la decisión de cambiar de sede y mudarse a Mazatlán, generando gran molestia en sus seguidores, un proceso complicado de asimilar para la afición.

Y a todo eso se le añade el conflicto financiero por el cual está pasando el Cruz Azul.

Indudablemente estos acontecimientos han sido un escándalo y han provocado gran controversia.

 
 
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