Con apenas 1.60 metros de estatura, Renata Zarazúa es de las tenistas que nunca se dan por vencidas, que nunca piensan en el set que perdieron, sino en cómo ganar el siguiente.
Es de las que pelean cada punto, le gusta el peloteo largo y controla el miedo a perder, eso le ha dejado como recompensa avanzar vertiginosamente en sus resultados de 2 años a la fecha.
Está demostrando que la falta de estatura no es inhabilitante en el tenis actual Renata es de un grupo en el que se encuentra la número uno del mundo, la australiana Ashleigh Barty, que mide 1.65 metros; la campeona de 2 Grand Slams, Simona Halep, con 1.68; la campeona del US Open 2017, Sloane Stephens, con 1.70 metros;y la ganadora del Masters del 2016, Dominika Cibulkova, con la misma estatura que la mexicana.
En hombres también existen ejemplos, el argentino de 1.70 metros, Diego Schwartzman; el español,recién retirado,David Ferrer (1.75) y el japonés Kei Nishikori (1.78), entre otros.
Aunque el tenis evoluciona hacia una mayor potencia, con jugadoras altas y ágiles, hay talentos que suplen esa carencia con tesón, capacidad de contraataque y notable inteligencia, como el caso de Renata.
La mexicana ya cumplió con su objetivo, estar por primera vez en un Grand Slam, un logro extraordinario tomando en cuenta que apenas en 2018 logró su primera victoria en la WTA, en Acapulco.
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