Al principio, era un poco de tos y algo de fiebre y el síntoma era muy claro para todos: Tiene "campeonitis". Después, con el pasar de los días, de las semanas, de los meses y hasta de los torneos, lo de Rayados se convirtió en algo mucho más grave e impresentable: la "campeonitis" eterna.
A veces se nos olvida que sigue siendo el campeón reinante del futbol mexicano. Y a veces se nos olvida que ese campeón reinante sólo ha ganado un miserable partido en todo el año.
Es muy ocurrente lo que sucede con algunos clubes de México: pretenden un trato de "grandes", pero rehúyen de las condiciones de un "grande".
El año de los Rayados sigue siendo una expresión inusual para un equipo que hace poco probó las mieles la gloria y para un equipo cuya nomina, aseguran, es la más cara en toda la historia del futbol de México.
El Monterrey post Mundial de Clubes y aquel gran partido ante el Liverpool y el Monterrey post Final ganada ante el América es una vergüenza en la cancha de juego. Hay días donde juega a nada o, a muy poco, y hay otros donde no sabe ganar los partidos. Y el problema es que tiene de sobra. Tiene futbolistas de primer nivel en todas las líneas, muchas veces no uno, sino hasta 2 o 3 por posición. Tiene excesos y su postura futbolística del 2020 ha sido también un exceso, pero un exceso de penurias y sinsabores para sus aficionados.
Yo no puedo ni debo -porque no soy nadie para hacerlo- pedirle explicaciones a Antonio Mohamed, que sea dicho de paso, me parece un entrenador extraordinario que ha logrado ganarse un respeto y un sitio entre los mejores de la época moderna en el futbol mexicano. Pero alguien debe hacerlo. Alguien debe llamarlo a cuentas y exigirle de acuerdo a lo que significa el club y a lo que tiene para hacer futbol y para ganar partidos.
Si algo le sobra al Mohamed, es "crédito" y pondero que Rayados apueste por una continuidad que siempre será una bandera positiva en el futbol. Y, sin embargo, pregunto: ¿Qué habría pasado con Mohamed si este equipo en lugar de ser Rayados es el América y tiene un comportamiento como el que ha tenido en este 2020? Seguramente, ya no estaría en su puesto. Pero, cada club, cada empresa, tiene todo el derecho de tener sus propios tiempos, sus plazos y sus condiciones de trabajo.
Hay lujos que Rayados no puede darse. Las 10 fechas del torneo Clausura que finalmente fue anulado quedan ahí, como un antecedente indignante de un campeón. Fue el último lugar de la competencia. Y el reinicio del futbol mexicano le ha dejado, otra vez, con números muy grises y una expresión futbolística muy pobre.
No dudo de la calidad de este grupo de futbolistas. En cualquier momento, encuentran "la brújula", juegan y ganan los partidos. Es más, son amplios favoritos para ganarle en las próximas semanas a Tijuana la Final de la Copa y llevar el trofeo a las vitrinas de su maravilloso estadio. Pero Rayados no puede permitirse parajes futbolísticos como el que ha tenido este año. De ninguna forma, por el peso de su plantel, de su entrenador, por sus aficionados y por la empresa que representa. Rayados debe jugar siempre en el nivel máximo del futbol mexicano.
Hay muchas contradicciones en la situación. Estamos hablando, insisto, de un plantel plagado de buenos futbolistas y provistos de un impresionante talento, del equipo más rico en la historia del futbol mexicano y también de un campeón "pobre" o, mejor dicho, de un "pobre" campeón. Y es que para ser una "campeonitis", creo que ya exageraron demasiado...
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