Por la tarde del sábado 23 de noviembre, la Monumental Plaza de Toros México recibía a un contraste de personalidades que acudieron a presenciar la exhibición de primer nivel orquestada por los tenistas Roger Federer y Alexander Zverev.
A pesar de un desatinado número musical previo al encuentro, no se perdió el ánimo y en cada rincón del recinto podía notarse la emoción de que las figuras internacionales saltaran a la cancha.
Desde los apasionados al tenis, hasta aquellos que solo iban "por la foto" y desconocían los protocolos de comportamiento en un partido de ésta índole, los asistentes pudieron confirmar que la afición mexicana puede estremecer a los más grandes en cualquier evento deportivo que tenga paso por nuestro País.
Y es que como el mismo Federer lo describió, no dejaba de sentir escalofríos con el apoyo de las 42 mil 517 personas que coreaban su nombre en todo momento.
Cabe destacar que aunque Zverev no era el foco de atención del evento, demostró una exquisita forma de jugar al tenis que terminó por ganarse el cariño y admiración de los espectadores, quienes muy seguramente estarán siguiéndole el paso al alemán en su prometedora carrera.
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