El futbol parado, México espantado y la sociedad exhibida.
Así estamos muchos y así nos sentimos algunos, como atrapados entre la venidera mortandad por la vía del coronavirus, inevitable e inminente, y la inquietante morbosidad de tantos, enfermiza y latente.
Mientras la naturaleza espera la siempre renovadora, revitalizadora llegada de la primavera, muchos lo que parecen esperar es que se ponga en marcha el mexicano conteo de las muertes provocadas por el covid-19.
Y cuando éstas inexorablemente lleguen, con ellas llegará la "confirmación" de lo que tantos improvisados "epidemiólogos" han advertido, ya sean comentaristas deportivos o del ámbito político, o del café entre amigos, o de los abrumadores grupos de WhatsApp, o de esas selvas de ignorancia llamadas "redes sociales", lugares unos y otros en los que tanta gente desea encontrar la oportunidad de ser escuchada y así le entra con singular alegría no a opinar sobre lo que verdaderamente sabe, sino a decir lo que cree saber, casi siempre mal dicho.
Como si además este asunto del susodicho virus no contara en realidad, como cuenta, con la contundencia de los números, con las demoledoras e irrefutables cifras que han ido registrándose en otros países afectados antes que el nuestro.
La desinformación, por desgracia, ha demostrado ser un virus mucho más contagioso que éste que ahora nos amenaza, nos limita y nos obliga a recluirnos.
Lo que corresponde hacer es informarse adecuadamente, aquilatar el problema en su verdadera dimensión, sin minimizarlo ni exagerarlo, tomando las medidas y decisiones necesarias en el momento oportuno, como en términos generales se han tomado en los diversos lares del mundo deportivo.
A tantas Ligas, competencias y torneos postergados, cancelados o en receso (futboleros y no), se añaden la Copa América y la Eurocopa, antes programadas para iniciar en junio de este 2020 y ahora pospuestas para junio del 2021.
Asimismo, la Final de la Europa League se mueve del 27 de mayo al 24 de junio. Y la de la Champions, la más importante de todas, por lo pronto pasa del sábado 30 de mayo al sábado 27 de junio, también 4 semanas después de lo originalmente programado.
¿Qué pasará en nuestros mexicanos lugares, por ejemplo, con la Liga MX?
Si le pensaran un poco los de pantalón largo, podrían copiar como máximo margen de maniobra ese mismo lapso de 4 semanas definido por la UEFA, y mover la Final del Torneo de Clausura 2020 del domingo 31 de mayo al domingo 28 de junio.
En ese caso, se pasaría del 10 de mayo al 7 de junio como fecha límite para jugar la Jornada 17; y si el actual estado de emergencia se alargara y no pudiera llegarse a la 17, jugar las que puedan jugarse hasta ese día 7 de junio, para después iniciar la Liguilla el día 10, fase final indispensable para que un campeón pueda ser proclamado como tal.
Que le piensen y decidan; y mientras tanto, ante esta inesperada interrupción del juego, como el de la vida no debe interrumpirse, que para combatir esta pandemia -más allá del futbol- cada quien haga lo que debe hacer en su propia "cancha".
Sería irresponsable hacer menos.
Twitter: @rgomezjunco |