El Monterrey estará hoy ante una de las más importantes oportunidades en su historia.
Ante el Liverpool, campeón de la Champions League que en la actualidad juega mejor que cuando obtuvo ese incomparable título, los Rayados de Mohamed irán en pos de la hazaña en esta Semifinal del Mundial de Clubes 2019.
Para aspirar a forjarla, para competirle con categoría y dignidad a un equipo que está arrasando en la Premier League -quizá la Liga más competida de todas-, el conjunto regiomontano estará obligado a un rendimiento sustancialmente superior al del sábado, cuando resolvió con demasiados apuros su primer compromiso en este torneo.
Porque un desempeño similar al exhibido por el Monterrey en ese partido, conjugado con una noche normal de Salah, Mané y Firmino, podría derivar en una catástrofe rayada.
La de hoy es una histórica oportunidad para muchas cosas, para disfrutar el enorme privilegio, para asumir plenamente el compromiso, para sacarle el mayor provecho posible a uno de esos encuentros que muy pocos equipos del futbol mexicano pueden darse el lujo de encarar de vez en cuando.
Para hacer lo que ningún otro equipo mexicano ha hecho; para ir en pos de un partido y un resultado que no queden escritos solamente en una página más de la historia del Monterrey en particular y del balompié azteca en general, sino en una de las más brillantes páginas que jamás se hayan escrito en una y en otra.
Para elevar por simple contagio su nivel de juego y fortalecer el ya de por sí revitalizado ánimo de cara a la Final de Liga que el Monterrey jugará contra el América en la próxima semana, el 26 y el 29 de este último mes del año.
Para medir el propio potencial al compararlo con el del más poderoso de los equipos, con un adversario que está instalado en ese máximo peldaño en el mundo al que sólo aspiran otros 3 o 4.
Para poner en alto el prestigio de nuestro balompié. Para ofrecer, en fin, otro parámetro confiable que sirva para ubicar al futbol mexicano en su verdadera dimensión; ni tan arriba como tantos han querido desde siempre ubicarlo, ni tan abajo como muchos otros se empeñan en hacernos creer que está ubicado.
Tal vez si el asunto de los 90 minutos de este partido se pusiera en números y probabilidades, algunos pensaríamos que éstas rondan el 69% para un triunfo del Liverpool, el 21% para un empate y el 10% para la que sería así de sorprendente victoria del Monterrey. Y si esas probabilidades pretendieran solamente ayudar a dilucidar quién avanza a la Final de este torneo, quizá hablaríamos de un 83-17 a favor de la escuadra inglesa.
Con cada uno de sus jugadores en su máxima expresión, con la solidez y el equilibrio que no mostró hace 4 días, con la necesaria eficiencia colectiva para cerrar los espacios al defender y ampliarlos al atacar, con el mejor futbol que sea capaz de jugar, desplegado en cada momento y en cada palmo de terreno, les corresponde a los Rayados acometer a plenitud el intento de ir incrementando ese minoritario 17 hasta convertirlo en un 100 rotundo.
A ver cómo lo intentan y qué tan airosos salen.
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