Como en los viejos tiempos. Hagan de cuenta que estaba viendo al Monterrey de Carlos Barra.
Perdido, sin pies ni cabeza y su castigo fue ver interrumpida su racha de tres partidos ganados de forma consecutiva jugando como local.
Con Mohamed, pese a que batallaban mucho, de una u otra forma encontraban la manera de sacar el resultado y se estaban haciendo fuertes como locales, y ahí estaban fincando su esperanza de clasificación.
El haber logrado la victoria frente a los Xolos en jornada 12 como visitante le puso en sus manos el manejo de su propio futuro, pero este empate frente al también desordenado América volvió a hacer que el equipo de Mohamed otra vez sea dependiente de terceros.
El partido en el primer tiempo resultó ser divertido, no porque jugaban bien, de hecho todo lo contrario, pero nos entretenía.
Era tanto el desorden de ambos equipos que en cualquier cascarita dominguera veríamos menos espacios en la media cancha, más claridad, más lucha, menos pases equivocados y mucho menos errores frente al portero rival.
Era una anarquía, los contenciones de ambos cuadros eran adornos, los volantes por los costados no regresaban para apoyar a sus laterales y por esta razón le pintaron la cara a Severo Meza.
Por el lado del las Águilas, Paul Aguilar debió haber sido expulsado, Darwin Quintero pidió a gritos su salida y para completar el desastroso espectáculo vino un aguacero para ahuyentar de una vez por todas alguna probabilidad de una mejoría.
Dos o tres jugadas sacadas del baúl de los recuerdos intentaron dar algo de color al partido y me hicieron recordar que estaba presenciando un partido de Primera División.
La mayoría de jugadas de peligro dentro de las áreas sucedieron por errores, en la salida, desconcentración, mala ubicación y mala técnica, como en la falla de Cándido Ramírez que sin portero perdonó al América.
La ausencia de Cardona tuvo un peso especifico. Le faltó al Monterrey el desequilibrio y la inteligencia del colombiano. El partido estaba apto para un jugador que juega con la cabeza levantada, para un jugador que sabe anotar y asistir a un compañero y que sabe aprovechar los espacios en las espaldas de los contenciones rivales.
En mi opinión fue un horrible partido y un pésimo resultado. Otra vez los Rayados requieren volver a ser ganadores como local y lograr, de perdido, otro triunfo como visitante para no depender de nadie.
Y TIGRES MAL Los que también volvieron a jugar como antes fueron los Tigres.
En verdad me aburrieron con tantos toques laterales, cero cambios de ritmo, siendo muy predecibles.
Ojalá hayan sido solo 90 minutos de viejos recuerdos.
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