Hace tiempo que esta frase -a tono de queja- de Gerardo "El Tata" Martino me está dando vueltas por la cabeza: "Todos aquí se aprovechan de México para crecer... ¿Y México, de quién se aprovechará para fincar su propio crecimiento".
El entrenador argentino ha sido claro con respecto al poco -por no decir "pobre"- nivel futbolístico que rodea a la Selección Mexicana.
Irónico, pero cierto: la pandemia le ha generado un beneficio al futbol mexicano. La preciada ocasión de jugar mañana ante un nivel distinto al que generalmente afronta en la mediocridad de su área futbolística. La crisis sanitaria mundial la ha permitido al Tri zafarse de las ataduras que le unen a la Concacaf y al contrato de SUM en Estados Unidos. Al fin, libres, para mostrar dónde estamos, hacia dónde vamos y qué podemos y qué no podemos soñar.
Jugar contra la Selección de los Países Bajos es todo un lujo. Su historia, su legado al futbol -La Naranja Mecánica, Rinus Michel, Johan Cruyff, Bergkamp, Van Basten, Gullit, Neeskens, Rikjard, el Ajax, la generación de futbolistas, el estilo de juego-.
Afrontar a los holandeses es afrontar a una potencia mundial del juego que siempre está a la vanguardia del futbol. Hoy, aunque sigue en una transición luego de no clasificar al Mundial del 2018, presentará a Frank de Boer como su nuevo entrenador en sustitución de Ronald Koeman, quien se ha marchado a dirigir al Barcelona. Y futbolistas de primer nivel en el escenario europeo y mundial: Van Dijk, Wijnaldum, De Jong, Depay, Blind, Promes, Babel.
México no puede desaprovecharlo, a pesar de las circunstancias adversas que han rodeado al juego -la animadversión que afrontó por parte de algunos clubes y entrenadores de la Liga MX para contar con los futbolistas- y hasta la reciente baja de Hirving "El Chucky" Lozano por temas de Covid-19, el partido sigue siendo demasiado atractivo como para desecharlo.
Gerardo Martino tendrá la ocasión de mezclar, finalmente, a los mejores futbolistas mexicanos -los que actúan en Europa-, algunos estelares del futbol doméstico y jóvenes que deberán marcar el futuro generacional de la Selección Mexicana.
Es, también, la oportunidad del "Tata" de probar que su estilo y convicción del juego pueden acoplarse a México ante un rival que le va a exigir. La única gran derrota que tiene el argentino dirigiendo a México significó una caída de 4-0 ante la Selección de Argentina en un partido de preparación celebrado en San Antonio, Texas, hace poco más de un año.
El futbol mexicano tiene, finalmente, una ventana abierta a la competitividad y al fogueo. ¿Dónde lo va a encontrar en su área geográfica? ¿En las penurias de la Concacaf? ¿En lo que la empresa SUM consigue para partidos amistosos "moleros" a jugarse en EU ante rivales que vienen incompletos? Por ahora, no hay ninguna luz de esperanza con el propósito -promesa- que tiene Yon de Luisa de volver a los escenarios sudamericanos. Sin Copa América, sin Libertadores, sin Sudamericana el futbol mexicano "se hunde" en la pobreza de su área y sirve de apetitoso negocio en los EU. Jugar en Europa sólo ha sido posible gracias a la pandemia.
Probemos al futbol mexicano donde hay que probarlo. Es la única forma de saber qué somos y qué podríamos ser algún día...
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