Escribió Mario Vargas Llosa en "La sociedad del espectáculo" que en la actualidad pocos tienen el papel de pensador que oriente a la sociedad de manera sólida. Antes había personajes que marcaban el rumbo de la humanidad a través de sus ideas.

Los grandes nombres de la historia se han diluido en una etapa en que los tuiteros e influencers son los que parecen dictar los rumbos del momento sin estar preparados para ello. Bastará con ser tendencia cierto número de veces para que ellos y muchos de sus seguidores se sientan satisfechos, aunque muchos de sus mensajes carezcan de luz.

El momento actual nos hace escuchar muchas teorías de lo más opuesto aun en voces expertas: los médicos lo son ahora, los políticos deberían serlo y los economistas y financieros entran al ruedo de la gente indispensable de escuchar hoy en día.

El futbol no tiene muchas voces autorizadas porque su actual papel es de espectador: no tiene expertos en los temas globales que hoy nos atañen. Por eso es remarcable lo que declaró Frank Lampard en Inglaterra.

El técnico del Chelsea no está de acuerdo en la cantidad de dinero que la Premier League invertirá en pruebas de coronavirus para los futbolistas, cuando los empleados de la salud no tienen acceso a ellas y son quienes enfrentan cara a cara al virus tratando a sus pacientes. Ellos tienen que ir primero en la lista de gente a cuidar.

Que el futbol tenga consideraciones especiales aun en momentos de tanta incertidumbre tiene una lógica pragmática: cuesta y produce tanto dinero que lo solemos dispensar.

El enfoque humano que Lampard ofrece es peculiar cuando lo más destacado de varias figuras del futbol inglés ha sido desobedecer las normas y ponerse a entrenar en parques públicos, tal y como lo hizo, entre otros, el mismísimo José Mourinho hace algunas semanas en Londres.

La ansiedad no es ajena al futbol competitivo que pone en la balanza la necesidad de cuidar la salud, pero al mismo tiempo cita la urgencia de regresar a las canchas.

No es que ambas ideas sean contrarias, pero necesitan ser priorizadas. Y la que va primero es la salud.

Declara Gary Neville, también en Inglaterra, que no ha escuchado a ningún personaje de los que toman decisiones, manifestarse abiertamente al regreso a la actividad "porque nadie se quiere hacer responsable en el caso de una muerte". Y añade que la falta de liderazgo es evidente porque se habla a medias.

El futbol tiene aquí a dos personajes célebres y pensantes que comprometen su opinión ante una crisis mundial que es alimentada por voces ajenas al ámbito deportivo.

Si tuvieron grandes trayectorias como futbolistas, hoy asumen un papel que se agradece: hay goles que se anotan sin la necesidad de patear un balón.

 
Twitter: @FJG_TD