Ya inició la segunda jornada de un precipitado torneo que aparentemente seguirá su curso.
Dando tumbos y con partidos postergados por doquier, pero a costa de lo que sea y pase lo que pase, este "Guardianes 2020" parece encaminado a jugarse porque sí de principio a fin.
Sigan o no incrementándose los contagios, el propósito parece claro: juguemos aunque nos contagiemos, no se sabe si en el velado intento de alcanzar pronto nuestra propia y muy futbolera "inmunidad de rebaño".
Cuando ya no quede jugador susceptible de contagio, cuando todos o la gran mayoría hayan generado en su organismo las defensas necesarias para quedar libres del Covid-19, la salud de la gente de la cancha y sus alrededores quedará garantizada y se podrá seguir jugando sin problema alguno.
Al cumplir con dicho proceso, sólo queda esperar que no deba lamentarse el irremediable daño sufrido en el círculo familiar, cotidiano y amistoso de cada futbolista.
Ya que han asumido esa arriesgada postura como respuesta a la urgencia de reactivar la futbolera maquinaria del dinero (reactivada precariamente, en la medida de lo posible y a la espera de esa cabal reactivación que sólo se producirá cuando el público pueda regresar a los estadios), por lo menos establezcan reglas claras, transparentes; y para variarle un poco, cumplan con ellas.
Explíquenles a los 18 participantes, y de preferencia a todo el mundo del futbol pendiente de esa participación, cuáles son los tiempos y la frecuencia en que deben realizarse las pruebas a los jugadores, y cuántos contagiados ameritan la postergación de un partido.
Por lo pronto, ante la escasa transparencia de dichas reglas, recomendaciones y lineamientos, el "Guardianes 2020" inició con un pequeño golpe de autoridad de los 4 equipos que evidentemente cuentan en la actualidad con los planteles más poderosos: los Tigres, el América, el Monterrey y el Cruz Azul; aunque en el caso americanista lo de "contar" quede a medias, si consideramos la cantidad de jugadores lesionados con los que Miguel Herrera se ha visto obligado a lidiar.
Sin embargo, como más que los planteles pesan los equipos, ahí está también el León, quizá el que mejor futbol ha desplegado en los 3 o 4 torneos más recientes (incluido el inconcluso que los dirigentes desaparecieron como por arte de magia), y que ya empezó el actual dejando plena constancia de su calidad en la cancha de las Chivas, aunque no haya logrado vencerlas por la falta de tino en la zona de definición.
O sea que el lunes se juega en cancha esmeralda el primer partido que involucra a 2 de los 5 principales candidatos al título: el León y el Monterrey.
Así, dando tumbos y a la espera de saber cuál otro equipo se apuntará como firme candidato al título (¿los Xolos, el Santos-Laguna, las Chivas?), continúa esta Liga MX una y otra vez sacudida por asuntos extra-cancha, como ahora sucede con los flamantes prófugos del cemento hecho engrudo. Cosas de nuestro mexicano futbol único.
"Único" por su peculiaridad... y porque sólo ese tenemos en nuestros nacionales lares.
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