Renato Ibarra fue detenido acusado de golpear varias veces a su pareja Lucely Chalá. FOTO: Archivo

El futbol mexicano suele ser un punto y aparte en la manera de manejar ciertos incidentes que en otras ligas serían imperdonables.

El caso más reciente es el de Renato Ibarra, quien fue detenido el pasado 6 de marzo, por la Policía capitalina ya que fue acusado de golpear varias veces a su pareja Lucely Chalá, quien en ese entonces estaba embarazada y debido al ataque estuvo cerca de abortar.

Después de rendir su declaración en el Ministerio Público, Ibarra fue trasladado al reclusorio por el delito de "tentativa de feminicidio". Fue liberado tras llegar a un acuerdo con Chalá, quien fuera cuñada del ex americanista Christian Benítez.

El futbolista afirmó que aquella noche hubo una discusión verbal, pero no violencia física.

"Ofrezco mis más sinceras disculpas por lo que pasó aquella noche en donde hubo una discusión verbal, más no una agresión física. Estoy totalmente arrepentido de lo que pasó ese día. Pido de todo corazón una segunda oportunidad. Voy a trabajar en pro de las mujeres para que sus derechos sean respetados", afirmó Ibarra el pasado 26 de junio.

Como tal, la Liga MX no existe un protocolo sobre casos como éste, al contrario de ligas como la NFL, MLB o NBA.

En 2014, los Ravens de Baltimore rescindieron el contrato de Ray Rice cuando fue encontrado culpable de darle un puñetazo a su novia dentro de un elevador, por lo cual la NFL lo suspendió de manera indefinida, ya que desde 1997 aplican la política de "cero tolerancia" para erradicar actos violentos de tal naturaleza.

En 2018, la MLB suspendió por 75 partidos al pítcher mexicano Roberto Osuna, quien jugaba para los Toronto Blue Jays, por violencia intrafamiliar y sin derecho a percibir su sueldo, por lo cual su equipo decidió rescindirle el contrato.

Otro caso en las Grandes Ligas fue con el venezolano Odúbel Herrera, quien recibió una sanción de 85 partidos de suspensión al ser arrestado por presuntamente haber agredido a su novia en Atlantic City, en New Jersey.

Las ligas, en estos casos, son las que actúan de oficio, sin esperar que los clubes decidan sobre sus jugadores.