Las dudas que todos tenemos sobre la nueva Liga, felizmente bautizada como Guardianes 2020, son las mismas.
Los primeros dos aplazamientos forzosos -hasta ahora- hablan de lo frágiles que pueden ser los planes cuando los casos positivos empiezan a ser tan numerosos. No hay más que cambiar fechas con el mínimo margen de maniobra de cuatro días.
Contagios habrá mas, pese a los protocolos que siguen los clubes y la propia Liga. El reglamento no habla de un mínimo o máximo de jugadores contagiados porque cada caso tendrá que analizarse individualmente.
El banderazo de salida fue consultado por la Liga MX con las autoridades de salud, como lo han hecho desde el inicio de la crisis sanitaria.
Se escuchan voces que preguntan si es este el tiempo correcto para regresar a la actividad, dado que los controvertidos números de la pandemia dan todo menos certeza.
La respuesta, como en "El Principito" se hace con otra pregunta: ¿Y cuál sería el tiempo oportuno para regresar a las canchas? ¿Y a las escuelas? ¿Y a las oficinas?
Si es julio, si es septiembre, si es noviembre, no se sabría tampoco. Como tantas otras cosas.
Con todas las precauciones posibles, no podemos tener la certeza de que se echará a andar la añorada maquinaria que servirá de distracción en momentos de gran agobio por el surrealista periodo presente. Las próximas horas marcarán la pauta.
Al futbol lo hemos extrañado muchos porque tiene que ver con nuestras formas de vida para hacer sobremesa -¿existe el término pese a su falta de uso?-, para compartir, dialogar, relacionarnos y en algunos casos, para trabajar.
Esa identificación de caminantes fue ejercida ayer en CANCHA por añorados amigos que son al mismo tiempo respetados periodistas.
La tertulia virtual a la que fuimos convocados los columnistas de esta casa para charlar un rato, nos habrá recordado que somos afortunados por coincidir no necesariamente en puntos de vista pero sí en tiempo y espacio.
La fluidez del diálogo, la manera ética de disentir, el respeto por la inteligencia de los demás y las preocupaciones compartidas en un mundo que nos tira cada día mas acertijos, nos hacen presente que portamos el mismo escudo de caballería. Aunque la verdad absoluta no está a nuestro alcance porque de hecho no existe, parte de nuestra tarea es buscarla hasta el último día.
Con todas las inquietudes del caso, iniciar un nuevo torneo compartiendo CANCHA con Roberto, David -te extrañaba, Faitelson-, Carlos, Aldo y Félix, la ilusión despierta.
Con Miguel Arizpe, Jorge Meléndez y el maravilloso equipo de Grupo Reforma apoyando siempre, saldremos a ganar también.
No hay incertidumbre que oscurezca la tarea.
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