| | Zidane ha ganado casi todo con el Real Madrid.
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"Zidane no soporta el desafecto, necesita sentirse querido para llenar la falta de reconocimiento paterno", asegura la psicoanalista francesa Sabine Callegari, que publica un libro en el que hace un análisis del actual entrenador del Real Madrid. A lo largo de tres años, Callegari ha estudiado documentales, entrevistas, libros, ruedas de prensa y artículos sobre Zinedine Zidane para completar su obra, que concluye que "la estrella es, ante todo, un ser humano que sufre como todos los demás". En particular, la autora de "En la cabeza de Zidane" destaca la falta de afecto que ya fue, a su juicio, el motivo que le llevó a abandonar el Real Madrid en 2018 tras haber ganado su tercera Liga de Campeones. "De sus declaraciones se desprende que no sentía el mismo amor del club y del vestuario y eso le llevó a abandonar", explica Callegari, que asegura reconocer algunos elementos similares en la actual situación del club y del técnico. Pero la psicoanalista subraya que, como él mismo dice, Zizou siempre se entrega "al 300 por ciento" a sus proyectos, por lo que no se plantea abandonar el barco. "No suele hacer esas cosas, siempre acaba lo que empieza, se lo impone como una tarea caballeresca. La otra vez, cuando se fue, dejó al club en plena fiesta (...) Pero si se siente traicionado, entonces no perdonará nunca", señala. En su trabajo, Callegari se ha centrado en buscar la parte inconsciente del deportista, tanto en su época de jugador como ahora en la de técnico, por lo que considera haber descubierto "cosas que no se saben de Zidane, que quizá no sepa ni él mismo". LA FIGURA PATERNA
En la base, la psicoanalista coloca la relación con su padre, que Zizou sitúa en la cúspide de su pirámide, pero del que "no ha recibido nunca el reconocimiento de su excepcionalidad". "Zidane exige el amor absoluto, porque es la forma en la que él mismo se da a los otros", afirma la autora. Frente a la imagen de un personaje inquebrantable, la máscara protectora que se ha creado, Callegari ha encontrado puntos de escape por los que, en contadas ocasiones, emerge su auténtica personalidad. "Zidane es más que su mito, más que el personaje perfecto que aparece en público. Si fuera perfecto, no habría tenido esos golpes de efecto, como el cabezazo a Materazzi o su salida del Madrid en 2018", asegura. En esas contadas ocasiones, cuando la leyenda deja paso al ser humano, su personalidad emerge "como 'geiser' que viene del interior de sí mismo y que se origina en la relación con su padre, que explica toda su vida, desde su pareja a su conflictos internos, el juego de máscaras que configura su vida, sus límites, sus grietas". "Zidane se ha convertido en lo que es sin aspirar a la celebridad, sin querer dejar de ser alguien ordinario. Pero su fuerza tenía que salir. Pese a todo lo que ha hecho, pese a haber logrado un amor incondicional del público, sigue manteniendo el drama de no haberlo recibido de su padre", apunta. CABEZAZO A MATERAZZI
Ese conflicto interno, defiende la psicoanalista, emergió de forma espectacular en aquel 9 de julio de 2006, en la final del Mundial contra Italia, que fue su último partido y que quedó marcado por su expulsión tras propiciar un cabezazo a Marco Materazzi. "Aquel día confluyeron muchos de los elementos que conforman su yo oculto, que él trata de combatir a diario", explica Callegari. En concreto, su libro cita dos, la presencia de Filippo Inzaghi en el banquillo italiano y de la cantante Nâdiya en las gradas. El libro recoge el rumor que pretendía que Inzaghi, con quien coincidió en la Juventus de Turín, pudo tener una relación con la esposa de Zidane, a quien, a su vez, relacionaron con Nâdiya. Sin entrar en la veracidad de esos rumores, Callegari sostiene que el atacante transalpino representa en la cabeza de Zizou "su parte rechazada", la de un "niño malo" que siempre ha querido combatir para ganarse el respeto de su padre. En cuanto a la cantante, supone el estrellato que nunca buscó, del que siempre quiso protegerse pero que nunca dejó de admirar. "En aquel estadio estaban todos los ingredientes y acabó por estallar", sostiene la especialista. De aquel gesto, añade, el mito no salió debilitado. "Al contrario, aquel drama personal le hizo más humano y eso le convierte en una persona capaz de superarse". |