A esta última jornada de la Fase Regular 7 equipos llegaron con su boleto para la Liguilla en la mano, y otros 5 en pos del restante.
Entre esos 5, los Xolos ya quedaron eliminados con su derrota de ayer ante el León.
Para que el milagro de las Chivas cristalice, es necesario que hoy no gane el Monterrey, que el Pachuca vs Pumas arroje un empate y que ya producida esa venturosa conjugación de resultados el Guadalajara venza mañana al Veracruz.
Para el Pachuca la posibilidad luce mucho más accesible que para las Chivas, aunque todavía improbable: necesita doblegar a los Pumas y que el Monterrey no venza al Atlas. Y es muy parecido el caso de los Pumas: requieren de un triunfo ante los Tuzos y de un empate o derrota de los Rayados; pero también se colarían con un empate si el Monterrey pierde y las Chivas no ganan.
Es decir, que la derrota de los Xolos mantiene vivos a 3 de los otros 4 aspirantes a ese boleto disponible; o por lo menos les otorga unas horas más de esperanza.
Porque el otro, el Monterrey, no necesitaba ese descalabro tijuanense para seguir teniendo en sus propias manos la posibilidad de clasificar, algo que garantizaría venciendo esta noche al Atlas, ya eliminado (los atlistas necesitarían imponerse por 4 goles para superar en la tabla a los Rayados, pero ¡por 8! para quedar por encima de los Pumas, siempre y cuando éstos empaten en Pachuca).
Así de entretenido está el asunto entre los 4 equipos que aun abrigan más o menos esperanzas de meterse a la Fase Final; por no mencionar los cambios que los ya clasificados podrían tener en su ubicación en la tabla, con el Santos seguro en el primer lugar y el León en el segundo, y con el Necaxa y el América (tercero y cuarto) expuestos a bajar más escalones.
En bandeja la clasificación para el Monterrey, incluso con la remota posibilidad de subir hasta el séptimo lugar (si gana por 3 goles y el Morelia pierde por ese mismo margen). Y en realidad, en bandeja de antemano para todos los participantes la posibilidad de colarse a la Liguilla aunque sea de panzazo, para después pelear en ella por ese título que pone al alcance de cualquiera este benévolo sistema de competencia tan laxo, tan promotor de la mediocridad, tan inhibidor de la búsqueda de la excelencia.
Después, queda en las manos de cada equipo la forma en la que aprovecha esas bondades del sistema. Si decide solamente depender de ellas -como varios lo han hecho en este torneo- o le tira a ser el mejor en cada partido de cada jornada, como en esta ocasión supo hacerlo de principio a fin el Santos a mayor nivel que cualquier otro.
Como "premio", luce muy probable que la escuadra lagunera se enfrente al Monterrey en los Cuartos de Final, cuando inicie ese otro torneo en el que tanto suele cambiar todo.
Cosas de este peculiar futbol mexicano con su sui géneris sistema de competencia, muy bueno para propiciar emociones numéricas y de posibles combinaciones en la última jornada de la Fase Regular, pero no tanto para establecer la indispensable equidad deportiva, para premiar como debería ser premiado al que mejor juega durante los 20, 22 ó 24 partidos y no sólo durante 5 o 6, para castigar como deberían ser castigados a los que se conforman con navegar en la mediocridad durante 4 meses para después pelear por el título en 3 semanas.
A ver hasta cuándo.
Twitter: @rgomezjunco |